La visita de «Ana» a los hospitales de Estados Unidos fue una «experiencia bastante cruda».
La joven nicaragüense, que llegó al país con parole humanitario, presentó una condición médica de hiperémesis gravídica durante su embarazo y eso la llevó hasta tres veces a la sala de urgencias.
«Para recibir atención médica en un hospital de Estados Unidos, por lo menos al que fui en el estado de Maryland, eran 250 dólares de entrada. Una vez que te atienden podés irte a tu casa, pero tenés que dejar tus datos personales y luego te llega una factura a tu domicilio. En mi caso oscilaba entre 800 a 1,000 dólares por cada visita», relata a Nicaragua Investiga.
«Ana» explica que, sin embargo, ella corrió con suerte porque una vez que obtuvo un seguro médico que lo proporciona el Estado ya no le cobraron. Para el trámite de permiso de trabajo y seguro social pagó 410 dólares.
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Quienes llegan con parole humanitario pueden optar por un seguro federal o estatal como el Medicaid. Sin embargo, el sistema de salud en EEUU es complejo y muchos terminan pagando un privado.
La situación para los inmigrantes sin documentos es más difícil. «Si yo no hubiera tenido el Social Security (Seguro Social) de mi esposo no hubiera podido aplicar al Medicaid porque era como un requisito necesario. Entonces, te das cuenta que, aunque estos programas te dicen que son también para personas indocumentadas, sí te piden información para procesar tu solicitud, sino esto va a dilatarse el tiempo que consideren necesario», añade «Ana».
Según la experiencia de la nicaragüense, la atención médica de una mujer indocumentada puede llegar a oscilar entre 5,000 a 20,000 dólares. Pero, hay estados como Nueva York donde las mujeres embarazadas no tienen que mostrar ningún documento sobre su estado migratorio para recibir atención prenatal y cuidado médico hasta 60 días después del parto por parte de Medicaid.
Otros, como Florida, las embarazadas sin documentos reciben asistencia médica «de forma clandestina» por temor a ser denunciadas.
«El sistema de salud es crudo porque no todas las personas pueden acceder a él y las que pueden «de manera gratuita» tienen limitantes y podés pasar por discriminación», indica.
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Ronmell López, activista de derechos humanos y experto en leyes migratorias, indicó que los hospitales están autorizados para atender a cualquier persona con o sin seguro, pero señala que algunos programas tienen restricciones y los migrantes se enfrentan a algunas barreras.
Entre las dificultades están el dominio del idioma inglés, la búsqueda de los programas de salud, los costos si aún no tienen trabajo y el cambio político constante como en el estado de Florida.
«El cobro solo por chequeo y una pastilla contra el dolor puede rondar los 22 dólares», señala. Algunos hispanos acuden a las iglesias ubicadas dentro del hospital para que les ayude a cubrir los gastos médicos, otros prefieren ir a la frontera de México debido a los bajos precios en salud.
Tasas de personas sin seguro
Según la organización estadounidense Kaiser Family Foundation (KFF), en 2021, había 20.8 millones de inmigrantes no ciudadanos que residían en Estados Unidos, lo que representa aproximadamente el seis por ciento de la población total del país. Los no ciudadanos incluyen a inmigrantes legalmente presentes e indocumentados.
El 23 por ciento de los 27,5 millones de personas no mayores sin seguro en Estados Unidos no eran ciudadanos, quienes tenían «significativamente más probabilidades de no estar asegurados» a futuro.
Entre la población no anciana, uno de cada cuatro inmigrantes legales y casi la mitad de los inmigrantes indocumentados no tenía seguro.
Los niños no ciudadanos también tienen más probabilidades de carecer de cobertura de Salud, indica KFF.
Tipos de seguro para inmigrantes
Estados Unidos cuenta con al menos cinco tipos de seguro de salud que varían en cobertura y precio: El seguro médico privado, los planes a corto plazo, Medicaid, Medicare y planes de cuidado a largo plazo.
El sistema de seguros médicos están vinculados a los ingresos, mayoritariamente. Los números de ingresos del nivel federal de pobreza (FPL) se utilizan para calcular la elegibilidad para Medicaid y el Programa de Seguro Médico para Niños (CHIP).
Los inmigrantes «presentes legalmente» pueden comprar un seguro de salud privado en el Mercado.
Los inmigrantes que son «no ciudadanos calificados» son elegibles para Medicaid y CHIP, «si cumplen con las normas de ingresos y residencia de su estado».
«Para obtener cobertura de Medicaid y CHIP, muchos no ciudadanos calificados (como muchos LPR o titulares de tarjetas verdes) tienen un período de espera de 5 años», explica el sitio oficial de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid de EE.UU, CuidadosDeSalud.gov.
El centro explica que «solicitar o recibir beneficios de Medicaid o CHIP, u obtener ahorros para los costos del seguro médico en el Mercado, no convierte a alguien en una «carga pública», lo que no afectará sus posibilidades de convertirse en residente permanente legal o ciudadano estadounidense. Para más información de estos programas puede visitar este enlace.
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