El cuerpo de la joven miskita María Isabel López Francis, de 23 años, volvió a su sepulcro tras haber sido desenterrado y velado nuevamente por sus familiares desde el pasado jueves, tres días después de su entierro.
Luego de notarse el avanzado estado de descomposición del cuerpo, tras cinco días en vela, los familiares procedieron finalmente a enterrarlo.
María Isabel era originaria del municipio de Bonanza y había sido sepultada por primera vez el 12 de febrero, en Waspam donde previamente un médico confirmó su fallecimiento y miembros de una congregación evangélica ungieron su cuerpo para su posterior sepelio.
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El jueves 15 de febrero, tres días después de haber sido enterrada, los familiares recibieron una llamada en el teléfono de la difunta en la que les afirmaban que estaba viva y fueron a sacar el cuerpo de la tumba para llevarlo a la comunidad de Saklin, Waspam, Costa Caribe Norte, donde la velaron por varios días.
Familiares aseguran que derramaba lágrimas
La familia creía que la joven estaba viva porque aseguraban que el cuerpo sudaba y derramaba lágrimas. Además decían que su piel, en lugar de descomponerse, estaba retomando su color original.
“Un pastor nos dijo que Dios le reveló que le va a dar otra oportunidad a la joven, que la está resucitando, hasta este momento hemos visto cómo van reaccionando sus manos, se le han puesto calientes”, expresó una hermana de la joven fallecida a un medio de comunicación local.
Agregó que un pastor evangélico, por medio de una videollamada le realizó oraciones y les pidió que tocaran y movieran el pie izquierdo del cuerpo sin vida de María Isabel.
“Así lo hicimos, lo tocamos y sentimos que está caliente, además vimos que movió el dedo”, agregó la familiar de la difunta.
Pese a que desde el día que desenterraron el cuerpo las autoridades ordenaron que fuera enterrado inmediatamente, la familia se rehusaba a hacerlo porque creían que se trataba de un milagro y que resucitaría.