Para la familia de Maryluz Arceda Guido, este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es un día sin ningún significado. La mujer de 39 años de edad, originaria del departamento de Matagalpa, fue la primera víctima de femicidios en Nicaragua en este 2024.
El crimen ocurrió el domingo 7 de enero en la comarca Yasica Sur, en el municipio de San Ramón, en el departamento de Matagalpa. Arceda Guido fue asesinada de varios machetazos propinados presumiblemente por su expareja. La mujer fue atacada cuando iba a realizar unas gestiones al Tuma-La Dalia.
Seis hijos quedaron en la orfandad, quienes ahora están al cuidado de su abuela materna. “Aún no hay justicia. Algún día la justicia terrenal llegará, pero de la que nadie escapa, es de la justicia divina”, expresa como consuelo un familiar de Maryluz.
De acuerdo con organizaciones feministas que ahora trabajan en la clandestinidad debido a la persecución gubernamental, en Nicaragua se registran desde enero hasta la fecha, al menos seis mujeres asesinadas. La mayoría de ellas en las zonas rurales, dónde existe poca presencia de policías.
“Las Comisarías de la Mujer fueron cerradas y aunque dicen que las vienen reabriendo paulatinamente, las mujeres siempre están en riesgo porque no hay una preparación adecuada del personal para tratar y atender estos casos en donde las mujeres denuncian agresiones. En las zonas rurales, el machismo está más arraigado que en la propia ciudad”, critica una feminista que trabaja en una comunidad norteña.
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La Cartilla de Murillo, otro fracaso
Las altas cifras de femicidios han encendido las alarmas entre las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres. El 2023 cerró con 73 femicidios, cinco más que en 2022 y las feministas culpan al régimen orteguista por “desatender el problema de la violencia” que cada día cobra vidas de mujeres.
En el año 2022, Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, anunció una “Cartilla” para “promover los derechos de las mujeres”, y “hacer frente a los femicidios en Nicaragua”. Defensoras independientes, denuncian que la acción es poco efectiva ante el problema y “más cercana a la politiquería”.
“Es extraño ver la imagen de doña Rosario Murillo en una cartilla que dicho sea de paso, no viene a ayudar a disminuir la violencia, los agresores se ríen de eso. Lo que aquí hace falta, son políticas públicas y campañas educativas y de prevención para contrarrestar este flagelo”, plantea la activista.
“Las cartillas tienen propaganda política y no preventivas, hablan de los derechos de la mujer y hasta del programa Usura Cero como una medida para salir adelante. No entendemos la relación. Pintan todo bonito y fácil cuando en la realidad eso no es así”, señala.
Presas políticas, desterradas y desnacionalizadas
El nueve de febrero de 2023, el régimen de Daniel Ortega y de Rosario Murillo desterró a Washington a 222 presos políticos. En el vuelo iban 34 mujeres exprisioneras políticas, a quienes horas después de la excarcelación, la Asamblea Nacional las despojó de su nacionalidad nicaragüense, mediante una reforma exprés a la Constitución Política de Nicaragua, en una clara violación a los derechos humanos.
Samantha Jirón, una de ellas, señaló en una entrevista que en Nicaragua poco o nada hay que celebrar, porque considera que Daniel Ortega se ha ensañado contra las mujeres.
“La prueba son las muchas mujeres feministas que vivimos el encarcelamiento, y el ensañamiento ya estando en manos del régimen. El régimen ha perseguido a las mujeres jóvenes activistas desde que empezó la crisis, incluso, desde mucho antes, pero ahora se ha visto de manera evidente y directa”, expone.
Recientemente se conoció que un grupo de nueve mujeres desterradas por el régimen, recibirán el premio Mujeres Coraje 2024, que será entregado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
“Al reconocer a las nueve mujeres que estuvieron entre los 222 presos políticos liberados de prisión en febrero de 2023, honramos de manera segura a las activistas nicaragüenses que siguen luchando por la democracia y los derechos humanos en un régimen represivo”, se lee en el comunicado del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
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“50 menos 50”
Aunque el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo han tratado de maquillar igualdad, colocando a mujeres y hombres al frente de las instituciones estatales, para nadie es un secreto que ni ellos, menos ellas pueden tomar decisiones propias. Todos por igual, actúan bajo orientaciones verticales.
“Aunque Rosario Murillo se jacte de que en el país existe el 50% de hombres y 50% de mujeres al frente de las instituciones y otras dependencias, ninguna de ellas, ni los hombres tienen voz, ni voto. No hay independencia para trabajar y tampoco tienen autorizaciones de brindar declaraciones”, dice una socióloga y docente de una universidad pública de Managua, quien señala que hay malos tratos de parte de la dictadura contra las mujeres.
“Si analizas la situación de las mujeres que están al frente de las instituciones, vas a encontrar que muchas de ellas fueron maltratadas y humilladas, tenés el caso de la doctora Alba Luz Ramos, presidenta de la Corte Suprema de Justicia, el de la misma comisionada Aminta Granera y así vas a encontrar a otras funcionarias que fueron despojadas de sus cargos de forma abrupta y violenta”, recordó la experta.