Un simbólico féretro con la bandera de Nicaragua junto a fotografías de jóvenes muertos en las protestas contra el presidente Daniel Ortega en 2018 encabezaron el domingo en Costa Rica, donde viven miles de exiliados, una vigilia para conmemorar el sexto aniversario de una matanza ocurrida en el Día de la Madre.
En la parroquia de La Merced, en pleno centro de San José, nicaragüenses residentes en Costa Rica se reunieron para rendir homenaje a los 16 muertos en 2018 en el Día de la Madre, que en Nicaragua se celebra el 30 de mayo.
«Nosotros conmemoramos el sexto aniversario de ese atroz día, que fue el dolor más grande para las madres, el asesinato de sus hijos», dijo a la AFP Azucena López, nicaragüense exiliada en Costa Rica y miembro de la Asociación de Madres de Abril, que reúne a las mujeres que perdieron a sus hijos en las protestas.
Ortega asegura que las manifestaciones, que estallaron en abril de 2018 y dejaron más de 300 muertos en tres meses según Naciones Unidas, fueron un intento de golpe de Estado patrocinado por Washington y apoyado por un sector del clero.
López relata que el Día de la Madre de 2018 los jóvenes habían convocado a las madres «a que se unieran a una marcha» y asegura que el gobierno la reprimió con disparos.
Confiscan isleta en Granada propiedad de Juan Sebastián Chamorro
«Ya no es alegría el 30 de mayo Día de la Madre. Fue la gran masacre que hizo la dictadura de Daniel Ortega», añadió López, de 57 años.
Hay que «recordar a nuestros hijos que fueron asesinados» y su lucha por «una Nicaragua sin dictadura», agregó.
Además del homenaje, también tuvo lugar una misa oficiada por dos sacerdotes nicaragüenses exiliados en Costa Rica, Harving Padilla y Uriel Vallejos, ambos despojados por el gobierno de Ortega de su nacionalidad.
«Nicaragua salió pacíficamente (a protestar en 2018) pero la represión fue cruel, muy dura. Nicaragua no perdonará lo que Daniel Ortega y su esposa (la vicepresidenta Rosario Murillo) han hecho», declaró Vallejos a la AFP.
Existen fuertes tensiones entre la Iglesia católica y el gobierno de Ortega. Durante las pasadas fiestas de Navidad y Año Nuevo, una veintena de clérigos fueron detenidos, y luego excarcelados el 14 de enero y enviados a Roma, tras un acuerdo con el Vaticano.