La migración hacia Estados Unidos se ha convertido en un negocio y una herramienta política, especialmente por parte de gobiernos de izquierda en América Latina; como Nicaragua, Cuba y Venezuela, que ven a sus ciudadanos desplazados como una manera de obtener remesas y ejercer presión internacional.
Así lo reveló el documental Soy traficante de sueños, presentado recientemente por el programa Aquí y Ahora de la cadena Univisión, días previos a las elecciones presidenciales estadounidenses, este pasado 5 de noviembre de 2024.
La pieza periodística revela que el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, ha aprovechado la migración masiva hacia Estados Unidos para generar ingresos a través de vuelos chárter, cobros por el paso de migrantes y remesas.
En 2023, el flujo de migrantes hacia la frontera estadounidense aumentó significativamente debido a la política del dictador Ortega de eliminar visados y facilitar el tránsito de personas de otros países, lo que generó reacciones del gobierno de Estados Unidos que comenzó a restringir los visados para los operadores de vuelos chárter involucrados en este negocio.
Asimismo, la dictadura implementó medidas adicionales, como cobrar un «salvoconducto» de $150 a migrantes de ciertas nacionalidades, mientras que Cuba y Venezuela también utilizan sus aerolíneas para transportar migrantes hacia Centroamérica.
Las remesas que estos migrantes envían a sus países de origen son vitales para las economías de estos países, y en muchos casos superan los ingresos por otros rubros como la venta de petróleo, en el caso de Venezuela.
Migración es negocio rentable en América Latina
Soy traficante de sueños no solo presenta la tragedia humana de los migrantes, sino también las dinámicas de poder, corrupción y explotación que se dan alrededor de las caravanas, lo que convierte este fenómeno en un negocio rentable para varios actores políticos y económicos, tanto en América Latina como en Estados Unidos.
Varios expertos consultados en este documental coinciden en que las políticas migratorias de estos gobiernos no son solo un desafío humanitario, sino también una estrategia para obtener beneficios económicos y políticos.
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El reportaje, que surge de una investigación de más de ocho meses por parte del equipo de Univisión, analiza cómo las caravanas, que son presentadas en medios conservadores de Estados Unidos como una «invasión» inminente, en realidad responden a un negocio manejado por varios actores en ambos lados de la frontera.
A través del análisis de más de 45,000 mensajes de texto y audio, el documental muestra cómo los organizadores de estas caravanas, como Irineo Mujica y Luis García, han jugado un papel clave en la movilización de miles de inmigrantes, principalmente desde Centroamérica, hacia el norte.
Uno de los puntos clave de la investigación es cómo las caravanas, que inicialmente nacen de la desesperación de los migrantes, terminan siendo explotadas tanto en términos políticos como económicos.
Los organizadores, aunque en apariencia se presentan como defensores de los migrantes, en algunos casos tienen intereses ocultos y se benefician de la situación.
Migrantes son explotados y una moneda de cambio para los gobiernos
La migración, que debería ser un tema de derechos humanos, se convierte así en una moneda de cambio para ciertos gobiernos y grupos, que utilizan la crisis migratoria como una herramienta de presión política, tanto dentro de sus propios países como en las relaciones con Estados Unidos.
El reportaje también aborda el lado oscuro de la travesía, donde los migrantes enfrentan constantes peligros, como secuestros, explotación y maltrato.
Se revela que muchos de ellos nunca logran llegar a la frontera estadounidense, lo que pone en evidencia que, aunque las caravanas son presentadas como una crisis inminente en los medios, solo una fracción de los migrantes alcanzan su destino final.
Además, el documental señala que los mensajes de miedo y urgencia que se difunden por las redes sociales contribuyen a crear una sensación de caos, manipulada por políticos y grupos con intereses económicos y electorales.
El enfoque también pone en duda la relación de algunos líderes de las caravanas con el gobierno de Estados Unidos, sugiriendo que, en algunos casos, podrían estar operando en coordinación con las autoridades estadounidenses o como agentes de influencia en la política migratoria.
El documental también aborda el papel de actores como Luis García Villagrán, un abogado mexicano conocido por organizar caravanas de migrantes.
A pesar de las acusaciones de enriquecimiento ilícito y tráfico de personas, García ha mantenido una posición prominente al promover la migración como un derecho humano, mientras se beneficia económicamente del sufrimiento de los migrantes. Se le señala por prometer amparos legales falsos a los migrantes, lo que ha dejado a miles de personas deportadas sin la protección que se les había prometido.
Finalmente, el documental expone cómo tanto gobiernos como actores privados están explotando la migración con fines económicos y políticos, mientras que los migrantes, atrapados en este sistema, son quienes sufren las consecuencias.