El obispo de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), monseñor Carlos Enrique Herrera, habló por primera vez en público el pasado domingo después de su destierro a Guatemala por parte de la dictadura sandinista.
Monseñor Herrera participó en la misa de inauguración del Año Jubilar 2025, que fue celebrada en la Catedral de la Arquidiócesis de Guatemala.
El religioso agradeció el apoyo recibido por las autoridades eclesiales del país centroamericano, en especial al arzobispo de guatemalteco, Gonzalo de Villa Vázquez.
«De una manera especial agradecer a monseñor Gonzalo, arzobispo de esta arquidiócesis, por su acogida, por sus oraciones, por sus palabras de aliento, ya que a pocos días de haber llegado expulsado de Nicaragua, me fue a visitar y a animarme para estar atento», declaró el obispo nicaragüense.
Herrera también aprovechó para pedir a la feligresía de ese país orar por Nicaragua, expresando su deseo de volver a su país.
«Orar no solo por mí, sino por el pueblo de Nicaragua, para que un día podamos estar y vernos juntos como hermanos, y apropiarnos de nuestro lugar donde hemos nacido también», dijo el presidente de la CEN.
Expulsión de Nicaragua
Monseñor Herrera se encontraba oficiando misa el pasado 10 de noviembre cuando criticó al alcalde de Jinotega, Leónidas Centeno, por colocar parlantes a las afueras del templo mientras estaba el rito católico, lo que calificó como «sacrílego».
Esas palabras del presidente de la CEN provocó que autoridades sandinistas lo secuestrarán y posteriormente lo expulsarán de Nicaragua.