Mientras esperan que la embajadora de Nicaragua en Guatemala, Liliam Méndez les brinde una solución a su situación migratoria, los nicaragüenses varados en la frontera de Guatemala con Honduras empiezan a presentar complicaciones médicas.
La joven Sayra Laguna asegura que ha presentado alergia en sus extremidades y le preocupa que el medicamento que está tomando no le hace efecto positivo.
Cumplimos 4 días en la frontera Corinto/ Guatemala-Nicaragua. Estoy con alergia en todo el cuerpo y necesito medicamentos lo más pronto pic.twitter.com/NlWY5ZOEYt
— Sayra Laguna Zuniga (@sayjudoka) July 11, 2020
De igual manera, Laguna comenta que una mujer embarazada que forma parte de los 44 nicaragüenses varados en la frontera guatemalteca tiene problemas en su cadera y «desde hace días anda renqueando la pobre mujer» agrega.
En el grupo también hay personas de la tercera edad, dos de ellos padecen de hipertensión y diabetes, y según Laguna con la intensidad del sol, su condición de salud se complica.
Hasta el momento, los 44 nicaragüenses han recibido asistencia sanitaria de la Cruz Roja y ninguno ha presentado síntomas relacionados al COVID19 por ahora, pero permanecen expuestos a posibles contagios de la pandemia que azota a la región y al mundo.
Aún no pueden pasar por Honduras
«No se ha movido nada. Que una carta aquí, que lo otro, que la cancillera, que la embajadora» asegura Laguna quien confía en que una Organización No Gubernamental de Honduras que tuvo contacto con los nicas, pueda hacer las gestiones pertinentes para autorizar su tránsito por el vecino país del norte.
Los nicaragüenses le solicitaron un viaje humanitario a la embajadora de Nicaragua en Guatemala, Liliam Méndez pero no han obtenido respuesta positiva, por el contrario, la embajadora respondió “de manera grosera” que buscaran ellos la forma de llegar al país.
“Yo hablé con la embajadora y ella no nos dio respuesta positiva. Dijo que no iba a sacar ningún viaje humanitario, que el único viaje que había hecho ya lo realizó pero no hubo ninguna convocatoria” oficial por parte de la embajada nicaragüense en ese país, asegura Laguna.
“De una manera bastante grosera y vulgar me dijo de que no había nada. Que buscara la manera de que me fuera por mi lado, me dio a entender que por punto ciego, pero yo no iba a hacer eso” agrega la joven.
Por ahora, los nicaragüenses deben continuar esperando debido a que «sabado y domingo Honduras está paralizado, no podemos hacer nada», comenta la joven.
Por la frontera solo hay acceso para el transporte pesado y mientras esperan por una pronta solución les toca dormir en en el piso, con toallas, sábanas y lo que sea que tengan a mano. Algunas personas duermen sentadas y se apoyan entre ellos «haciendo el esfuerzo de que no estemos tan mal».
Hasta el momento un sacerdote jesuita de nombre Juan Carlos González los ha apoyado con la alimentación. También la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados mientras esperan respuesta del gobierno de Daniel Ortega y las autoridades hondureñas.
Foto principal: Cortesía
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