En julio, la facturación mensual de las maquilas fue de un total de 114 millones de dólares, cifra que dista de los 150 millones de dólares mensuales que es lo óptimo para la industria nicaragüense.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha advertido de un segundo brote en Europa para los meses de octubre y noviembre, ante lo cual se espera que el impacto económico sea menor al del brote inicial a principios de este año.
Para absorber el impacto, de las 79 empresas de las zonas francas, 14 se están dedicando a la fabricación de insumos sanitarios, como mascarillas, batas y gorros médicos. Pero ese rubro sin embargo no produce suficiente actividad como para recuperar los cerca de 6.000 empleos perdidos en el primer semestre del año.
Según fuentes de la industria textil nicaragüense, no sería sino hasta el próximo año que se podría pensar en recuperar los puestos de empleo que tuvieron que ser recortados ante la recesión generada por la pandemia. El año pasado, Nicaragua exportó unos 1.800 millones de dólares en textiles elaborados en zonas francas. Este año difícilmente se espera que llegue a los 1.000 millones de dólares.
Algunos de los clientes, renegociaron sus órdenes de compra cambiando prendas de vestir por equipos de protección personal, como mascarillas, batas, gorros médicos y cubiertas para zapatos. Pero otros clientes simplemente cancelaron sus órdenes.
Este impacto se produce en una economía que ya en el 2019 estaba debilitada por una recesión generada por la crisis política que surgió en abril del 2018 luego que protestas civiles fueran reprimidas con violencia por el gobierno de Daniel Ortega.