Este pasado miércoles la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reveló que en Nicaragua ya circulan las variantes de preocupación Alpha, Beta, Gamma y Delta, identificadas por primera vez en Reino Unido, Sudáfrica, Brasil e India. Sin embargo, expertos independientes en salud reconocen que esto no cambiará el manejo de la pandemia por parte de la autoridades nicaragüenses.
Por más de cinco meses, mientras las cifras de contagio venían en aumento de manera consecutiva cada semana hasta alcanzar su pico más alto en septiembre pasado, el Ministerio de Salud (Minsa) se limitó a informar escuetamente sobre la situación de la pandemia, y el régimen de Ortega mantuvo celosamente un silencio sobre la posibilidad de que estas variantes ya circularan en el país.
Sin embargo, para nadie fue un secreto que los informes del Minsa mentían sobre la realidad pandémica, ya que los constantes reportes ciudadanos en redes sociales sobre familiares y amigos que morían a causa de problemas respiratorios o sospechas de COVID-19, no se hicieron esperar. La vicemandataria, Rosario Murillo, descalificó toda esta información en redes sociales llamándola «terrorismo pandémico».
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Pero ahora ¿qué se sabe de las cuatro variantes que ya circulan en el país, y que son catalogadas de «preocupación» por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS)? Es importante destacar que las autoridades sanitarias no especificaron cuándo y dónde fueron detectadas las variantes en el país, y se desconoce el alcance que han tenido durante las últimas semanas.
Actualmente la OMS ha detectado nueve mutaciones del SARS CoV-2, de las cuales cuatro son Variantes de Preocupación (VOC), y cinco son Variantes de Interés (VOI). Esto es lo que debes saber de las cepas en Nicaragua:
Dónde fueron detectadas y cuáles son sus síntomas
Alpha: es la primera cepa de preocupación nombrada por la OMS y otros organismos. Fue detectada por primera vez en Reino Unido en septiembre de 2020 y recibió la denominación como VOC el 18 de diciembre del año pasado.
Algunos síntomas son molestias y dolores; dolor de garganta, diarrea, conjuntivitis, dolor de cabeza, pérdida del sentido del olfato y del gusto, y erupciones cutáneas.
Beta: conocida anteriormente como B.1.351, fue detectada por primera vez en Sudáfrica en mayo de 2020. Recibió la denominación como VOC el 18 de diciembre pasado, cuando comenzó a ser un dolor de cabeza para las autoridades sanitarias de su país de origen.
Los síntomas en ella -también en la Gamma- son la fiebre, la tos seca o el cansancio, la dificultad para respirar o sensación de falta de aire, el olor o presión en el pecho, y la incapacidad para hablar o moverse.
Gamma: (linaje P.1) fue detectada en Manaos, Brasil, en noviembre de 2020. Entonces, la ciudad amazónica era uno de los principales focos de la pandemia, con cifras récords de contagios y los hospitales colapsados.
Se ha reportado esta variante en 91 países, y ha sido predominante en países sudamericanos como Brasil, Chile, Uruguay y Argentina.
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Delta: (linaje B.1.617.2) fue detectada por primera vez en India en octubre de 2020. Recibió la denominación VOI el 4 de abril de 2021 y el 11 de mayo de 2021 fue nombrada una VOC por su alta transmisibilidad.
La variante ha sido detectada en 170 países y se espera que siga su propagación en el mundo, pues hay varios factores que están contribuyendo a su transmisión, como el aumento de la movilidad social. Algunos síntomas son fiebre, tos, dolor de cabeza, dolor de garganta, y secreción nasal.
Expertos ya habían advertido sobre la presencia de las variantes
El epidemiólogo Leonel Argüello, explica que al oficializarse la circulación de las variantes de preocupación el riesgo de contagio es mayor, por lo cual, la población no debería relajar las medidas de bioseguridad, y el gobierno está obligado a adoptar medidas estrictas de prevención y seguridad.
El independiente Observatorio Ciudadano lamentó que el régimen sandinista no haya informado anteriormente sobre estas variantes, a pesar de contar con los equipos necesarios para su detección. Para este organismo, es evidente que las autoridades nacionales «permitieron que la ciudadanía se enfrentara a esta crisis sanitaria sin la información adecuada para conocer el riesgo al que estaba expuesta».
🔴El día de hoy la @opsoms informó que en #Nicaragua circulan 4 Variantes de Preocupación del COVID-19: Alfa, Beta, Gamma y Delta.
El 7 de mayo de 2021 emitimos desde el Observatorio Ciudadano el primer llamado para que el MINSA brindara información al respecto. pic.twitter.com/hXHgB1pbsK
— Observatorio Ciudadano COVID19 Nicaragua (@ObservatorioNi) November 17, 2021
El epidemióloso sostiene que de haber oficializado en su momento sobre las variantes que circulan en el país, «la población hubiese sido alertada, se hubiera exigido las medidas de prevención obligatorias y se hubiese suspendido el contagio comunitario que lamentablemente sigue».
Incluso, Argüello recuerda que en meses pasados alertó sobre la presencia de la cepa Delta en el país, la cual es considerada peligrosa por su rapidez de contagio, sin embargo, muchas personas continuaron omitiendo las medidas de salud pública.
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«Por las características clínicas de la enfermedad, la alta contagiosidad entre familiares y amigos, la mayor presencia en gente joven, yo dije que la variante delta circulaba en Nicaragua. Y que debíamos ser más fuertes con las medidas de prevención para evitar muertes o daños que la enfermedad causa. Hoy solo se ratifica lo que ya en la práctica, habíamos visto», agregó.
Mientras los países vecinos como Costa Rica y Honduras detectaban dos de las ocho variantes reportadas por la OMS en mayo pasado, Nicaragua negaba la circulación de alguna de estas. Incluso, en octubre pasado, cuando se contabilizaba más casos de contagios y muertes en niños, niñas y adolescentes, así como, mayor número de hospitalizaciones por sospechas de la COVID-19, el Minsa continuaba negando la presencia de la cepa Delta.
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