Cada día son más comunes las historias de conocidos que emigran hacia otros países en busca de una mejor vida. Uno de los principales destinos es Estados Unidos, y cada viaje conlleva un riesgo diferente para cada persona. Y la situación, aunque parezca una crisis más nacional también se evidencia en migrantes de otras nacionalidades que pasan por Nicaragua en su rumbo hacia el país del norte.
Uno de los casos que podría ejemplificar los riesgos que corren las personas que viajan hacia Estados Unidos pasando de país en país, es el de Jonathan Revilla, un venezolano que pereció mientras cruzaba el Río Sapoá, en el municipio Cárdenas, del departamento de Rivas, fronterizo con Costa Rica.
Dos semanas antes del 4 de febrero, Revilla junto a un grupo de migrantes partió desde Venezuela con rumbo a Estados Unidos, pero una fuerte corriente le arrebató la vida cuando intentaba cruzar hacia Nicaragua. Su cadáver fue encontrado cinco días después.
Esta experiencia podría ser similar para las personas que emigran hacia otro país, principalmente nicaragüenses, que, sino es por los peligros que se corren durante la travesía podrían ser secuestrados por carteles, o bien asesinados.
«Un mal movimiento y hasta ahí llegamos»
Gerson Noé Sevilla es un joven nicaragüense de 25 años que partió rumbo hacia Estados Unidos hace algunos meses. Al igual que otros nicaragüenses, Sevilla pagó a una persona «el coyote» para que, junto con un grupo de personas, los trasladara de forma irregular. En su travesía, como lo relata, atravesó distintos temores y situaciones de peligro para llegar a su destino. En particular recuerda dos situaciones en las que estuvo en mucho peligro.
Cinco puntos a tomar en cuenta para migrar a Estados Unidos
«Cuando ya estábamos en México hubo una confusión, porque una persona que también era nica se había ido en el grupo de nosotros por equivocación, y estando allá los del cartel no nos querían dejar ir. Estaban llamando al coyote para que nos dejara ir, pero como la zona era montañosa y con poca recepción, no lo conseguían. Hubo un momento que dijeron que si no lo contactaban iban a tomar el asunto en sus manos», relata Sevilla.
Gerson Sevilla (gorra azul) junto a un grupo de migrantes navega en lancha rumbo a Estados Unidos. FOTO: Cortesía | NI
Otra situación donde sintió que su vida corrió mucho peligro fue mientras se movían en México. La pequeña lancha en la que se trasladaban con exceso de peso, más de ocho personas, viajaba a alta velocidad.
«Era una lanchita con motor, e iba demasiado rápido. Además, los que la conducían parece que iban drogados o alcoholizados. Corríamos peligro porque por un mal movimiento nos caíamos y hasta allí llegábamos», relata.
Cabe destacar que en los últimos meses los casos de secuestros y extorsiones a nicaragüenses en México se han incrementado abruptamente.
No haga su viaje en vano
Durante el viaje, además de los peligros con los que se enfrentan para llegar hacia Estados Unidos, las personas que llegan y se entregan a los oficiales de migración corren el riesgo de ser deportados inmediatamente.
En más de una ocasión la Embajada de Estados Unidos en Nicaragua ha realizado llamados a los migrantes que decidan irse «mojados», a no hacer «un viaje en vano».
«Si llega a la frontera de EE.UU de manera irregular, solo o acompañado, será deportado inmediatamente. No crea en las mentiras de los coyotes, no inicie un viaje en vano», compartieron en su cuenta de Twitter.
#NoTeExpongas a #UnViajeEnVano #TuFamiliaTeNecesita pic.twitter.com/fyWZfeDrua
— USEmbassy Nicaragua (@USEmbNicaragua) February 9, 2022
La responsabilidad gubernamental
La situación económica de Nicaragua atraviesa una dura crisis desde el año 2018, aunque los funcionarios sandinistas intenten maquillar estas cifras, la realidad se refleja en las cantidades de personas que emigran muy seguido.
Además de esto, la represión, cierre de espacios de fomento al pensamiento crítico, de universidades y organizaciones no gubernamentales, auguran un panorama desolador, y el resultado de todo esto es que más nicaragüenses abandonen el país.
En caso de que alguna persona sufriera alguna de las situaciones antes mencionadas, la responsabilidad recaería completamente en Daniel Ortega, afirma el defensor de derechos humanos Braulio Abarca. «Cualquier cosa que les pueda suceder (…) es culpa de la persecución política y responsabilidad directa del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo», destaca.
Abarca señala que las acciones ejecutadas por la administración sandinista para «quedarse a la fuerza en el poder», ha generado una situación «cruel» en relación a los derechos humanos.
Al finalizar el 2021, alrededor de 170,000 personas abandonaron el país, lo que representa casi el 3% de la población nicaragüense. También, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos registró cifras récord en detenciones a personas provenientes de Nicaragua.
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