Los peligros a los que se exponen los nicaragüenses, o migrantes de diferentes países centroamericanos, que intentan llegar a Estados Unidos son innumerables. En el mejor de los casos podrían ser regresados a su país de origen; pero dentro de los peores se encuentran secuestros por carteles y hasta la muerte.
Si bien, han sido pocos los nicaragüenses que han fallecido en su intento por llegar hacia el país norteamericano, un reciente suceso conmocionó a Nicaragua: una mujer embarazada murió en su intento por migrar junto a su familia. Su nombre era Clorinda Alarcón Urbina.
Clorinda tenía 20 años, pero desde los 15 estaba en unión libre con Pedro Manzanares. Hace tres años habían tenido su primera hija y en pocas semanas esperaba tener la segunda. Culminó el tercer año de secundaria y luego abandonó la escuela para concentrarse en su hija. Era la menor de seis hermanos y sus familiares la recuerdan como una persona humilde, risueña y amigable.
«Ella era callada, pero cuando estaba con sus amigos era muy alegre. Tenía muchos amigos que la querían mucho», relata su hermana Cenia Alarcón, de 25 años.
La familia Alarcón Urbina es originaria de la comunidad Ocote Tuma del municipio de Waslala, en la Región Autónoma Costa Caribe Norte de Nicaragua, pero Alarcón vivía junto a su pareja y su hija en el empalme El Hormiguero, que está ubicado a 20 kilómetros de la ciudad de Siuna.
A pesar de la distancia, eran muy unidos y siempre fue así; las celebraciones de cumpleaños, los logros, los problemas, e incluso la noticia de que abandonaría Nicaragua, fue en familia.
Vendieron su casa para irse
Desde hace algún tiempo Pedro Manzanares y Clorinda Alarcón estaban planeando hacer el viaje hacia Estados Unidos, anticipándose al nacimiento de su nueva hija, y buscando garantías para el futuro de ambas. Ellos tenían una pulpería que atendían para subsistir, pero que también generaba el dinero suficiente para que ellos pudieran ahorrar e irse del país.
La noticia de que pretendían viajar a Estados Unidos la notificaron dos meses antes a sus familiares. Para lograr reunir el dinero que les hacía falta tuvieron que vender la casa donde vivían, y así prepararse mejor con los gastos que la travesía implicaba.
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«Yo le pregunté si no le daba miedo irse, y ella dijo que no, que lo hacía para darle una mejor vida a su niña y a la bebé que estaba esperando. Ella me dijo que tenía fe de llegar con bien, porque había visto cómo muchas personas lograron llegar», relata Cenia.
El viaje que realizó Clorinda Alarcón, lo hizo junto a su pareja, su hija y su hermano Saturnino, de 23 años. Pero no se fue sin despedirse, ya que «antes de viajar fue donde toda la familia a visitarlos».
No hubo complicaciones previas
La comunicación entre las hermanas Alarcón era constante y la mayoría del tiempo, en la medida de lo posible, estaban en contacto, ya sea por llamadas o mensajes. Clorinda le contaba detalles de su viaje, el cual había transcurrido sin ningún problema, mientras que Cenia se preocupaba por su estado de gestación.
Durante los 22 días que duró la travesía de Clorinda, siempre estuvo actualizando su estado de salud a su hermana, a pesar de que ella no le creía. Su hermana pensaba que podría estar mintiendo para no angustiarla, pero confirmaba que estaba bien preguntándole a su hermano.
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«Todavía el día que los movilizaron en el tráiler (el viernes 4 de marzo) eran como las cuatro de la tarde y le pregunté si estaba bien, y ella me dijo que sí, y que en unos minutos se iban. ‘Estamos en contacto’, me dijo», relata Cenia Alarcón.
Lo que ella no sabía, es que esa era la última vez que iba a poder hablar con su hermana, ya que aproximadamente 12 horas más tarde, el Instituto Nacional de Migración de México los rescataría del contenedor de un tráiler abandonado en la ciudad de Monclova, Coahuila.
Murió tras estabilizarse
Según medios locales mexicanos el tráiler en el que se transportaban los migrantes contenía alrededor de 200 personas. Sin embargo, a las 5:30 de la mañana del sábado 5 de marzo, las autoridades migratorias mexicanas Encontraron el vehículo pesado abandonado, al abrir el contenedor las personas, que al parecer tenían horas de estar allí, se apresuraron por salir a tomar aire.
De todas las personas, Migración sólo pudo rescatar a 64, algunos estaban deshidratados, otros muy extenuados y hubo quienes sufrieron estragos físicos por la estampida que se generó cuando todas las personas intentaron salir al mismo tiempo.
El INM informó que algunas de estas personas desesperadas por salir en busca de oxígeno pasaron encima de Clorinda, quien tenía 33 semanas de embarazo; por lo tanto al momento de su rescate estaba inconsciente. Horas más tarde dictaminaron que la joven de 20 años había sufrido una muerte fetal, es decir había perdido a su bebé, pero habían logrado estabilizarla. Sin embargo, al pasar un tiempo colapsó debido a una disfunción multiorgánica, ocasionada por los pisotones que sufrió la madrugada del sábado.
Migración de México informó en el mismo comunicado que se harían responsables de los gastos para la repatriación del cuerpo, y también se comprometió a otorgar visas humanitarias a quienes fueron rescatados del contenedor. La noche de ese mismo sábado oficiales informaron de la captura de un hombre quien presuntamente fue quien conducía el tráiler, y abandonó a su suerte a los migrantes.
Repatriarán su cuerpo
Cenia Alarcón ha estado en comunicación con responsables de Migración de México, a la espera de que el cuerpo de su hermana sea repatriado entre jueves y viernes de esta semana.
Según ha conversado con su hermano, Saturnino Alarcón, quien fue el que les dio la trágica noticia, él junto con Pedro Manzanares y la menor de tres años regresarán a Nicaragua. Alarcón afirma que intentarán ayudar lo máximo posible a Manzanares, y que ellos se harán cargo de la niña que ahora queda en la orfandad.
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