Médicos advierten de un posible incremento en mortalidad e ingresos hospitalarios como causa de las altas temperaturas de calor que se viven en el país. El Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) informó que el termómetro alcanzará temperaturas que van desde los 34 grados centígrados hasta 37 con una sensación térmica o corporal de hasta 38.
Según los últimos registros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante el verano de 2018-2019, varios países de las Americas, incluido Nicaragua, «se vieron afectados por las olas de calor, algo nunca antes visto en la región».
El doctor José Luis Borgen, miembro de la Unidad Médica Nicaragüense (UNM), aseguró en entrevista a este medio que una ola de calor -un periodo más o menos prolongado y excesivamente cálido- podría incrementar la mortalidad y los ingresos hospitalarios como causa de enfermedades cardiovasculares.
“Las altas temperaturas generalmente lo que ocasionan son problemas cardiovasculares en personas con mayor edad y pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y cardiopatías; estas pueden presentar alteraciones que conducen a estar hospitalizados, e incluso algunos pueden morir”, dijo Borgen.
A su criterio, las olas de calor pueden producir insolación y un estado de hipotensión severo por deshidratación al presentar sudoración excesiva, lo cual aumenta el ritmo cardíaco y podría producir arritmia y una de las principales causas de fallecimientos en Nicaragua como es el infarto agudo de miocardio.
Por su parte, el doctor José Antonio Delgado, destacó que la hipertensión, una de las primeras enfermedades crónicas que aquejan a los nicaragüeses, incrementa el riesgo de complicación, e inclusive hospitalización, al ser una enfermedad que se “exacerba” con las altas temperaturas, es decir, que aumenta la duración limitada de la gravedad de los síntomas.
“Somos un país vulnerable; aquí se incrementan los problemas por hipertensión a veces por estas exposiciones excesivas al sol y la deshidratación”, señaló Delgado.
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Asimismo, Borgen hizo hincapié en la prevención de la deshidratación ya que se considera el principal problema que puede desencadenar otras complicaciones, además de que puede llegar a dañar diferentes órganos como los riñones. Tal es el caso de la zona occidental del país, donde la insuficiencia renal crónica es una de las principales enfermedades que agobia a la población por las altas temperaturas de calor y deshidratación.
Niños entre la lista de grupos de riesgo ante ola de calor
Ambos médicos coinciden en que los riesgos de complicación pueden alcanzar a niños menores de 10 años de edad debido a un desmayo cuando la presión arterial es mucho más baja de lo normal, o en el peor de los casos, la muerte como causa de un “golpe de calor”.
También se ven afectados “pacientes con cáncer porque generalmente tienen debilidad crónica, personas en estado de desnutrición, embarazadas al afectar la sobrevida del bebé, pero los grupos en que más frecuente se presentan complicaciones es en personas con enfermedades cardiovasculares y crónicas”, agregó Borgen.
Algunas recomendaciones importantes que brindan los médicos para evitar que las altas temperaturas sean un factor de riesgo de hospitalización y muertes, son:
- Evitar exposiciones directas al sol entre las 10 de la mañana y 3 de la tarde
- Vestir con ropa holgada, freca o de algodón
- Usar protector solar y sombrilla
- Hidratarse frecuentemente
Si aparecen síntomas como taquicardias, cambios en la tensión arterial, respiración rápida pero débil, piel seca y caliente, confusión y otras alteraciones en el sistema nervioso, debes acudir al médico inmediatamente.
La Organización Panamericana de la Salud hace un llamado a los países a fortalecer la vigilancia epidemiológica de la morbilidad y mortalidad asociada al calor y mejorar la capacidad de los servicios de salud.
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