Hace dos años, Luis Olivas, estudiante de Economía Agrícola, en la UNAN-Managua se dio a conocer en las redes sociales por cultivar lechugas con sistema hidropónico, algo que venía realizando desde hace cinco años atrás. El patio de su casa fue el espacio que eligió para empezar esta “aventura verde”. Este tipo de cultivo lo desarrolló su padrino en Jinotega y él lo quiso hacer también en la capital.
Pero, ¿alguna vez ha escuchado usted la palabra hidropónico? Es posible que no. Es un término que se utiliza en el mundo de los cultivos. En Nicaragua son varios los agricultores que han adoptado este sistema para sus cultivos, sin necesidad de suelo. Hidroponía es una palabra griega que significa Hydro (agua) y ponos (trabajo o labor).
Se trata de una técnica en la que la planta cultivada crece sin necesidad de estar en un suelo agrícola, simplemente con agua y soluciones minerales. La lechuga, tomate, pimiento, apio y pepino, son algunas de las especies que han dado buenos resultados en este tipo de cultivos.
Exitosos experimentos
En la Finca El Amanecer, ubicada a la altura del kilómetro 151 de Jinotega, cultivan verdosas lechugas, las que llegan hasta su mesa para dar color a esas saludables ensaladas. Don Luis Udiel, fue el creador de este interesante proyecto. “La idea surge a partir de todos los clientes que tenemos, la necesidad de producirles una buena hortaliza directamente, sin intermediarios”, refiere a un medio de comunicación.
Así mismo en la comunidad “Las Latas”, también en Jinotega, justo en la Finca Santa Enriqueta, se cultivan hortalizas utilizando el sistema hidropónico. En la ciudad de las brumas, Jinotega, reconocida así por las tupidas neblinas de sus amaneceres, dos primos nicaragüenses han destacado por el cultivo de fresas con este sistema, en la finca conocida como Fresanica, ubicada a la altura del kilómetro 150.8, carretera Jinotega-Matagalpa.
Una propuesta que Robin Ramírez y Roney Ramírez, los creadores de Fresanica, llevaron a la realidad, después de que ambos trabajaran buen tiempo en cultivos de Costa Rica; donde aprendieron las técnicas de manera empírica.
Ricas fresas
Uno de los encargados de atender a los visitantes de su finca explica que este sistema de cultivos se hace a través de sustrato, nutrientes y agua.
“Al sustrato le llamamos cáscara de coco, sin nada de tierra y es traído desde la India, lo compramos en la frontera de Costa Rica, en el caso de la planta viene del Chile. A los primeros 45 días da su primera floración, que le llamamos nosotros a granel, es después de esos 45 días, que ella se queda dando gradualmente y da mensual, durante el período de vida que tiene la planta, que son dos años, después hay que renovarla”, señala.
El sustrato de coco, funciona como sustituto de la tierra y se mantiene al 100 por ciento como una esponja de humedad. “Este sustrato de coco es similar al que tenemos acá nacional, lo único que acá no hay nadie que triture la cáscara de coco para poderse vender acá en el país”, añade el experto.
En esta finca se ofertan dos variedades de fresas, San Andreas y Albión, una es ácida y la otra completamente dulce, añade el guía turístico. Sobre el riego es de goteo y manifiesta que es un sistema automatizado completamente.
“La nutrición consiste en fósforo, manganeso, nitrógeno, potasio, hierro, calcio, tenemos ocho nutrientes en polvo y cuatro en soluble, va dirigido por trainer y en término de 18 minutos están regadas las 12,500 plantas”, añadió el joven. Así mismo aclaró que la venta es local, para el turista que los visita a diario.
Las fresas que ofertan, asegura, son completamente orgánicas. “No lleva nada de químicos, todos es natural, por los menos acá ahorita estamos atomizando con extracto de canela, extracto de ajo, de naranja, son productos biológicos que nosotros lo utilizamos como repelente hacia la planta”. Las fresas crecen bajo invernaderos. “La malla es protección biológica y segundo para que entre la abeja a hacer la polinización”, manifiesta.
Otros beneficios
Entre otros beneficios que se puede obtener a través de este sistema, es que en menos espacio se puede cultivar muchas más plantas, de mucho mejor calidad, mucho más sanas y con menos mano de obra, menos aplicaciones de productos, un producto más orgánico y se puede tener mayor volumen de producción en menos tiempo.
¿Hidroponía como terapia? Sí, eso también es posible. La implementación de huertos urbanos en casa como terapias ocupacionales está teniendo demanda, ya que generan alternativas para prevenir problemas físicos y mentales, lo que genera muchos beneficios para las personas que lo practican, menciona en su sitio hidroponia.mx
El sitio explica que trabajar en un huerto hidropónico es un buen ejercicio que resulta ser muy gratificante, ya que incorpora el autocuidado, trabajo y esfuerzo, además ayuda a prevenir algunos trastornos como la depresión, funciona como un distractor y brinda autonomía personal.
A la vez que reduce los niveles de estrés, fomenta la concentración, favorece la integración social, mejora el estado de ánimo y la coordinación, estimula la convivencia y enriquece las relaciones familiares. El sitio señala que tener un huerto en casa apoya la economía familiar, ya que permite cultivar nuestros propios alimentos y nos ayuda a reducir considerablemente los gastos de producción; con ésta técnica se puede ahorrar el uso de agua, los nutrientes y hasta el consumo de semillas. Además, si el proyecto llega a ser exitoso, se puede convertir en una posible fuente de ingresos.
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