El hombre más rico del mundo; Jeff Bezos tiene una historia familiar interesante y está ligada a Latinoamérica. De hecho, su nombre de origen es Jeffrey Jorgensen y el apellido con el que hoy disfruta de su fama pertenece a su padre adoptivo, un cubano refugiado que lo crió desde muy pequeño.
Jackie Gise, madre de Jeff quedó embarazada a los 16 años cuando apenas estaba en el bachillerato, su pareja era Ted Jorgensen, dos años mayor que ella. Los jóvenes se casaron ante la inesperada llegada del hijo, pero Ted no parecía estar consciente de la responsabilidad que esto representaba. Se dedicaba a hacer acrobacias en un monociclo y viajaba por todo el país con un grupo de acróbatas para ganarse la vida. Pero esa actividad no le daba un salario fijo ni suficiente para mantener a una familia, y sumado a eso bebía mucho.
Pronto la relación se fracturó irremediablemente y la pareja se separó antes de cumplir dos años de matrimonio.
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A los dos años, Jackie conoció a Miguél Ángel Bezos Pérez, quien poco antes, cuando tenía 16 años, había llegado como refugiado desde Cuba a través de una operación llamada «Peter Pan» que sacó a niños y adolescentes de la isla para ofrecerles un futuro más prometedor en Estados Unidos.
Mike Bezos, estudiaba en la Universidad de Albuquerque con subsidios del gobierno y en las noches trabajaba en un banco donde conoció a Jackie y se enamoraron. Pronto la pareja y el pequeño Jeff se fueron a vivir juntos. Al enterarse, Ted Jorgensen aceptó dar en adopción al niño al inmigrante cubano, y desde los cuatro años este tiene el apellido Bezos de manera oficial.
Es más, durante toda su infancia Jeff no recordaba sus orígenes y siempre dio por su padre a Bezos. No fue sino hasta los 10 años que este fue enterado que tenía un padre diferente. Esto lo narra el escritor Brad Stone en su libro biográfico sobre el creador de Amazon, llamado «Jeff Bezos and the age of Amazon».
El libro refiere que el padre biológico de Jeff desapareció completamente de sus vidas y nunca se supo nada de él hasta que Stone, en busca de los hilos biográficos para su libro dio con el paradero de aquel hombre.
Reparador de bicicletas
El escritor Brad Stone entró a la modesta casa de Ted Jorgensen en Arizona en 2015 cuando el padre biológico de Jeff Bezos tenía 69 años. Ahí tenía instalado un pequeño taller de bicicletas con lo que se ganaba la vida. Vivía con su esposa y los cuatro hijos de ella.
Stone llamó a Jorgensen para pedirle una entrevista. Aunque el hombre no estaba muy claro de cuál podía ser el interés de aquel escritor en entrevistarlo, aceptó.
«Su hijo, Jeff Bezos es uno de los hombres más exitosos del planeta», le dijo Stone a aquel hombre anciano que no entendía de quién le estaba hablando. El escritor le aclaró que hablaba de Jeff el hijo que había tenido con Jackie hace muchos años.
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«Le mostró en el celular fotos del Director Ejecutivo de Amazon y por primera vez en 45 años vio a su hijo. Sus ojos se llenaron de emoción e incredulidad», relató Stone en una entrevista para la televisión norteamericana.
El pequeño Jeff era muy inteligente desde pequeño, de hecho entró a un programa de niños superdotados a su corta edad y creaba inventos robóticos y ecuaciones matemáticas para resolver situaciones cotidianas deslumbrando a todos.
Ahora Jeff, es un magnate empresarial, creador de Amazon y accionista mayoritario de la compañía espacial Blue Origine y del The Washington Post. Poseedor de una fortuna de 201,000 millones de dólares.
Tras enterarse de la fama y fortuna de su hijo, Jorgersen lo contactó escribiéndole una carta en la que le pedía perdón por haberlo abandonado. «Fue un gran error, pero al mismo tiempo pensaba que era lo mejor», dijo Jorgersen Inside Edition ese mismo año. Estaba luchando contra un enfisema y pedía ver a su hijo por última vez antes de morir.
«Quisiera verlo, estrechar su mano y decirle que realmente hizo un buen trabajo con su vida», dijo Jorgersen.
Bezos le respondió la carta meses después. Le dijo que no le guardaba rencor y que le deseaba lo mejor, pero nunca accedió a un reencuentro.
El padre adoptivo de Jeff
«Mi papá es mi papá verdadero, no mi papá biológico. Su nombre es Mike, es un inmigrante cubano», dijo Jeff Bezos en un evento emotivo hace varios años donde contó la historia de su padre adoptivo y le agradeció por su amor y dedicación.
Tras el triunfo de la revolución cubana bajo el liderazgo de Fidel Castro, se organizó una operación con ayuda de la CIA, la iglesia católica de Miami y algunos exiliados que facilitó visas para que los menores salieran solos de la isla.
Más de 14 mil niños salieron sin acompañantes en esas operaciones. Los Bezos, una familia de Santiago de Cuba eligió al menor de sus hijos para darle esa oportunidad. Aquella madrugada lo acompañaron a la entrada del aeropuerto y lo dejaron ir.
«Aterricé en Miami solo», recuerda Mike Bezos. Pasó varios meses en un campamento de refugiados y estudió gracias a subsidios gubernamentales, por lo que se convirtió en un férreo defensor de la escuela pública.
En 2018, tres años después de que su padre biológico muriera sin poder verlo de nuevo, Jeff Bezos rindió un homenaje a su padre adoptivo Mike Bezos, publicó en redes sociales un video contando su vivencia como migrante e hizo colocar su nombre en el Museo de Historia de Estados Unidos, reinaugurado con un evento musical producido por Emilio Stefan. Bezos pagó dos millones de dólares para aquella actividad y para que el nombre de su padre quedara grabado en una de las 50 estrellas de la libertad ubicadas a la entrada de la estatua, donde se ubica el museo.
«Yo no sería nadie sin mi padre cubano» , dijo Jeff Bezos de forma categórica.
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