Bravo es un migrante nicaragüense de 33 años que actualmente vive en Canadá con toda su familia (esposa y dos hijos menores de edad), estudió Administración de Empresas en la Universidad de Occidente (UDO), y su esposa es Ingeniera Industrial titulada de la Universidad Centroamericana (UCA). Actualmente él estudia Programa de Gerencia Avanzada de Negocios en la Universidad de Winnipeg en Canadá, y ella trabaja un part time en una empresa canadiense.
La decisión de irse.
Cuenta Manuel que él y su esposa tomaron la decisión de irse del país, buscando un mejor futuro, al ver que en Nicaragua no había las suficientes oportunidades para ellos y para sus hijos. Bravo trabajó en varias empresas, aunque -según él- se desempeñó más en negocios propios (farmacias, tiendas), y su esposa siempre había querido seguir estudiando una maestría, sin embargo, los precios de éstas son muy elevadas y no podían cubrir ambos gastos (hogareños y académicos).
“Mi hijo (12 años) quería desarrollar videojuegos, y mi hija (6) en su momento quería ser doctora, (…) en nuestro país no hay muchas opciones para que estos chavalos quieran ser cualquier cosa, y entonces en función de ellos iban saliendo obstáculos y requisitos que tenías que ir cumpliendo”.
Preparaciones y proceso.
“Revisamos canales de YouTube y buscamos asesoría en agencias de viaje”
Cuenta Bravo que tenían pensado realizar el viaje el mayo de 2020, no obstante, por problemas de pandemia, tuvieron que posponer el acto a abril de 2021. Esto debido a que, si realizaban el proceso de aplicación, la solicitud de visa, por pandemia, ésta iba a ser denegada, así que tomaron la decisión de esperar a que fuera factible y favorable para ellos migrar a Canadá.
Adaptación.
Manuel Bravo también contó que a una de las cosas que más trabajo le constó adaptarse a él y a su familia fue al clima. “Cuando llegamos el clima era como Nicaragua, hacían 40°; ya con el tiempo las temperaturas llegaban, sin ser invierno, a los 5° o 10°”, dijo.
“Aquí donde nosotros vivimos es muy bonito, lo que realmente extrañamos nosotros es el mar. Nosotros vivimos en el centro geográfico de Canadá, entonces para ir a una playa nos sale más barato tomar un avión e irnos a Cancún.”
En cuestión de educación, Bravo explicó que, aunque hay colegios donde tienen un programa especial para niños que no hablan inglés y se les iba enseñando con el tiempo, a ellos no les correspondió uno así, sino que los asignaron en colegios (primaria y secundaria) donde solo se utilizaban los idiomas locales.
“Mi hija se las arreglaba, una vez le pregunté cómo hacía para entender lo que decían las profesoras, y mi dijo que solo escuchaba, miraba lo que hacían los otros niños y ella también o hacía, ahora ya entiende y habla inglés. Mi hijo, como ya le mandaban a hacer tareas, se le dificultó un poco más, pero encontró un amigo colombiano que lo ayudaba con las tareas (…). Ahora hay un niño nuevo que es nica, y mi hijo le sirve de traductor”, agregó.
Por su parte, a él le resultó más complicado, dado que su inglés es “realmente malo”, y, para aplicar, tenía que pasar un examen y en las academias no querían aceptarlo, hasta que un día habló con uno de los directores del curso y le argumentó que él “solo quería aprobar el examen para que le aprobaran la visa de estudio”.
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Estudio y trabajo.
“En Canadá hay un programa de estudios y de trabajo. El de estudios implica el tiempo que dura la carrera en curso, y además, se puede aplicar a el equivalente en años estudios, en años de trabajo como extensión de la visa, y todo esto se puede solicitar en cuanto te gradués de tu carrera.”, dijo Bravo; “En lo que es el trabajo, en Canadá, si sos extranjero, hay tres trabajos que no podés realizar porque necesitás un permiso, entre ellos están los doctores, los ingenieros y los abogados, hay una cantidad de tiempo requerido que hay que cumplir para tener ese permiso”, agregó.
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