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Los jóvenes y el reto de construir una nueva Nicaragua en medio del caos

Lograr un proyecto político común no ha sido posible ¿qué hace falta? Para los jóvenes, los conflictos y diferencias más complejas las ponen las generaciones anteriores.

Imagen de referencia. Archivo/NI.

A pesar de que por muchos años se cuestionó una supuesta indiferencia de los jóvenes ante los problemas sociales que vivía el país, fue este sector poblacional el primero en asumir el liderazgo de las protestas cívicas que conmocionaron al país a partir del 18 de abril de 2018. Los costos que les tocó pagar fueron muy altos.

El 19 de abril, Richard Pavón, un estudiante de 17 años se convirtió en el primer asesinado de las protestas. A partir de ahí otros jóvenes engrosaron la larga lista de víctimas de la dictadura sandinista, que, en respuesta a las demandas, envió primeramente policías a disparar contra los manifestantes y más tarde, usó fuerzas paramilitares para imprimir mayor terror.

En total, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reportó al menos 355 víctimas mortales en el marco de las protestas, mientras un Grupo de Expertos Internacionales Independientes GIEI, determinó que los hechos cometidos por el gobierno de Daniel Ortega constituyeron “Crímenes de lesa humanidad”. Las víctimas fueron en su mayoría jóvenes.
“Siempre los jóvenes han estado presentes (en estos procesos), pero nunca se les ha tomado con la seriedad que amerita”, dice Gloria Chamorro, activista de derechos humanos y especialista en liderazgo.

Paramilitar Pierson Gutiérrez ha tenido demandas por pensión alimenticia y agresiones

Chamorro resalta el hecho que esta generación haya elegido la cultura de paz como mecanismo principal de lucha, lo cual dice, es una muestra de que se ha aprendido del pasado, pues los movimientos guerrilleros y armados solo promovieron caudillos, destrucción, muerte y pobreza para Nicaragua.

Sobre este tema Jonathan López, joven de 24 años excarcelado político y actualmente obligado al exilio dice que, por los niveles tan crueles de represión impulsados por el régimen, entiende a las personas que abogan por una solución más radical y violenta para salir de Ortega, pero explica que usar las armas no garantiza el fin de una dictadura. “Sino veamos para el tiempo contra Somoza que fue una lucha armada, el Frente llega a tomar el poder en los 80 y se llega a dar la contrarrevolución, también duró más de 8 años ese proceso dejando a más de 50 mil muertos en ese período”, indica.

Asegura que la juventud no quiere más muertos porque “ya se ha pagado un costo enorme” a lo largo de la historia de Nicaragua.

Pero ¿cómo hacer una lucha efectiva cuando la mayoría de los jóvenes y lideres políticos están en el exilio y quienes están dentro no pueden desarrollar ningún tipo de acciones sin convertirse en víctimas de la represión?

New Connections, la agencia irlandesa fundada por nicaragüenses

Las diversas formas de resistencia

María Alvarado, joven activista política asegura que para quienes están en el exilio hay diferentes espacios de participación, desde aquellos en los que hay que dar el rostro públicamente, hasta los que optan por el anonimato.
Además, explica que para quienes se muestran emocionalmente agotados por todo lo que ha implicado estos cinco años de conflicto social, hay otras formas de resistencia, formas que a veces no se reconocen a simple vista, pero que tienen un gran valor para el momento de volver y reconstruir Nicaragua.

“Celebro el hecho que mucha de la juventud que hoy se encuentra fuera de Nicaragua esté encontrando nuevas oportunidades de estudio, sobre todo porque lo que la dictadura Ortega-Murillo le ha quitado a la juventud es el derecho a poder estudiar, porque saben que obviamente una juventud estudiada, una juventud profesional no les a creer el montón de mentiras”, afirma Alvarado.

Ella señala que la Nicaragua en reconstrucción necesitará mejores profesionales en todas las áreas para ir busca de su desarrollo humano, y que formarse es una de las formas más importantes de contribuir a un nuevo país, pero cree que, también haciendo denuncia, compartiendo contenido informativo sobre lo que sucede en Nicaragua o manteniendo contacto con el país aunque se esté lejos son otras maneras de seguir aportando al objetivo de salir de la dictadura.
Juan Diego Barahona, otro joven activista político cree “la sanidad personal es otra forma de resistencia”, porque muchos jóvenes se han visto quebrantados emocional y psicológicamente por los métodos de represión del régimen y poder sanar esos traumas va a permitir una generación que ejerza liderazgo con “capacidad de diálogo” para que la sociedad sea reconstruida por “mejores agentes de cambio”.

Ajax Delgado, el “gran” proveedor de combustibles del Minsa

¿Y las diferencias, cómo sortearlas?

El principal reto para la oposición organizada en espacios políticos ha sido lograr concretar la unidad para crear un proyecto común con fuerza suficiente para preocupar a Daniel Ortega.

¿Cuál ha sido el principal obstáculo?

El joven excarcelado político Jonathan López cree que se debe a “una cuestión de ideologías de las generaciones pasadas, porque si vos me preguntás a mi yo no tengo ningún problema en sentarme con la mayoría de chavalos de las diferentes organizaciones”, asegura.

Jonathan dice que “la decepción viene de las generaciones anteriores que no terminan de sanar sus heridas ni entender que estamos en un contexto diferente”. Esto no implica que se deban olvidar los hechos del pasado, o que no se vaya en busca de justicia y reparación en un futuro, pero a su juicio, una vez teniendo a Nicaragua libre se puede iniciar un proceso de análisis profundo sobre qué nos llevó hasta el caos y buscar soluciones a ello. “Hay que decir; vamos a dejar momentáneamente los conflictos internos a un lado, porque nuestro objetivo es quitar a Ortega”, indicó.

Para Gloria Chamorro, especialista en liderazgo con cultura de paz es importante ver a Nicaragua como un país que vive un trauma colectivo y en base a ello entender que, si un grupo de personas busca transformar Nicaragua, no lo puede hacer desde la rabia personal y es en estos espacios donde todos van a tener el gran reto de demostrar que van a impulsar otra cultura política para la nueva nación.

“Hay que entender, aceptar y conciliar las diversas ideas”, asevera.

Jonathan López también pide que la población sea un poco más empática con los líderes juveniles, porque muchos fueron arrastrados por el contexto a enfrentarse a una realidad para la que no estaban preparados y han tenido que aprender cómo expresar sus ideas, cómo hacer liderazgo y cómo debatir con otra generación que ya tenía un largo camino recorrido en estos espacios. Muchos tenían entre 17 y 20 años cuando todo esto inició.

No olvidar, base de la nueva Nicaragua

Yader Valdivia, integrante del colectivo de derecho humanos Nicaragua Nunca + recuerda que en una nueva Nicaragua será importante que los lideres políticos consideren la justicia transicional como mecanismo para buscar la verdad y la reparación a las víctimas.

A su juicio; no haber pasado por estos procesos luego de la salida del régimen somocista y más tarde, del primer régimen sandinista, nos llevó a repetir la historia, y que incluso fueran hasta los mismos actores.

“La memoria histórica debe de aportar a la verdad, a la dignificación de las víctimas, y a la identificación de perpetradores”, indicó Valdivia.

El periodista colombiano y director de la plataforma de periodismo regional Connectas, considera que los procesos de verdad, justicia y reparación a los que se ven obligados todos los países después de un conflicto social de grandes proporciones es difícil, pero sumamente necesario para que la reconstrucción sea efectiva y duradera.

Recuerda que en el caso colombiano estos procesos “han estado envueltos en medio de controversias políticas de la comisión de la verdad”, pero dice que la ventaja en el caso de Nicaragua es que se cuenta con un periodismo determinado que ha sido fundamental para ayudar a documentar muchas de las graves violaciones a los derechos humanos que ha perpetrado el actual régimen.

Para Huertas, estos testimonios nos van a permitir más adelante “entender cuáles fueron las razones, los detonantes, como se fue construyendo y consolidando un momentum para que algo sucediera, pues es importante para que las nuevas generaciones entiendan de dónde venimos, cuáles son esos descontentos que también hay que seguir resolviendo como sociedad para que precisamente el día de mañana cuando se generen cambios pues esas historias no se vuelvan a repetir”.

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