La guerra de Rusia contra Ucrania inició el 24 de febrero de 2022, cuando Moscú lanzó lo que llamó una “operación militar especial”. Desde entonces el conflicto lleva 15 meses en los que se ha demostrado que el gigante ruso no es la potencia militar que decía ser.
Para continuar la invasión, Rusia ha tenido que valerse del reclutamiento de civiles, incluso de presidiarios a quienes les ha prometido jugosos salarios y beneficios si se enlistan en las filas de su Ejército. La medida también ha sido extendida a extranjeros, que además de dinero les han ofrecido ciudadanía para ellos, sus padres, cónyuges e hijos, una vez que firmen contrato con el Ministerio de Defensa.
El medio de comunicación ruso Ryazan Vedomosti informó este miércoles 24 de mayo, que varios ciudadanos de Cuba habrían pasado el punto de selección para el servicio militar con el ejército ruso. Estos expresaron que querían ayudar a Rusia a realizar tareas en la zona de la «operación militar especial» empujados por la idea de convertirse en ciudadanos rusos en el futuro.
Fuerte disminución de la cooperación golpea al régimen, en 2022 dejó de percibir US$500 millones
Los cubanos fueron atraídos por el incentivo que supone la obtención de la ciudadanía rusa en tiempo exprés y un pago equivalente a unos 5 mil dólares al firmar el contrato, más unos 2 mil 500 dólares mensuales durante el tiempo de servicio, que como mínimo debe ser un año. Esto tras el anuncio que hiciera el mismo presidente Ruso Vladímir Putin, el pasado 16 de mayo.
¿Sandinistas cuándo?
“En el próximo período de facturación, los ciudadanos que hayan firmado un contrato recibirán una asignación única por un monto de 195 mil rublos del presupuesto federal, y los residentes de la región de Ryazan también recibirán 200 mil rublos del presupuesto regional. Si realizan tareas en la zona NWO, tienen derecho a recibir de 204 mil rublos (unos 2,547 dólares) al mes”, detalla la publicación de el diario Ryazan Vedomosti.
Pese al ofrecimiento de Rusia y la supuesta cercanía que existe con Nicaragua, así como el apoyo que el régimen de Ortega dice dar al gobierno de Vladimir Putin, hasta ahora no se ha sabido de ningún militante del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), conocidos por su fanatismo y odio hacia occidente, que se haya enlistado en las filas del Ejército ruso.
“Nosotros estamos acompañando a la Federación de Rusia, apoyando en su esfuerzo y la batalla que está librando, por la vida del pueblo ruso, y por la paz de la humanidad”, dijo recientemente el hijo de la pareja dictatorial de Nicaragua, Laureano Ortega, quien funge como “canciller de facto” relegando las funciones del ministro de relaciones exteriores Denis Moncada.
Sin embargo, ese apoyo parece solo quedar en palabras por ambas partes, por un lado Rusia no es un socio comercial fuerte ni tampoco un donante significativo para Nicaragua, y de parte del régimen la ayuda no ha quedado más que en discursos del dictador, su familia y funcionarios de gobierno.
Laureano Ortega alegó que junto a sus aliados están “haciéndole frente a esta nueva ola de fascismo que se viene dando y especialmente representada por este gobierno títere que existe en Ucrania y que es dominado por EE.UU. y sus aliados de la OTAN. Y para nosotros es muy importante que nos unamos más que nunca a Rusia, los países hermanos como China, como Irán”, todos ellos insignificantes para Nicaragua en materia comercial.
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