Antes de que Daniel Ortega retomara el pode en el 2007, su hijo Laureano era conocido como un cantante de ópera sin mayor trascendencia. Hoy ocupa un puesto clave como “canciller de facto” en el régimen sandinista, relegando a Denis Moncada a un segundo plano en el Ministerio de Relaciones Exteriores .
Nombrado en 2012 como asesor presidencial para Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional de la Presidencia de la República, Laureano Ortega se ha convertido en los últimos años en uno de los rostros más visibles de la dictadura en materia de inversión y relaciones internacionales.
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En diciembre de 2021, fue el encargado de viajar a Pekín para firmar el acuerdo de restablecimiento de relaciones diplomáticas con China, luego del rompimiento con Taiwán. El canciller Denis Moncada se limitó únicamente a leer un documento oficial desde Managua.
Para el analista político Héctor Mairena, integrante del Consejo Político de la Unidad Azul y Blanco (UNAB), las nuevas funciones que ha venido desempeñando Laureano Ortega son parte de una estrategia del régimen en búsqueda de una sucesión y de tener mayor control sobre el aparato estatal.
Control directo
“Laureano al igual que otros de los hijos de la pareja dictatorial, cumplen las tareas que sus padres le encomiendan y son aquellas en las que ellos necesitan tener un control directo, personal, en vista que no confían en las capacidades de quienes están al frente formalmente de esas responsabilidades o sencillamente le tienen desconfianza política”, asegura Mairena.
Por su parte, Enrique Martínez, vocero de la Plataforma de la Unidad por la Democracia (PUDE) coincide en señalar que el nuevo perfil adoptado por Laureano es una forma de renovar el liderazgo, frente a la avanzada edad de Daniel Ortega y la falta de apoyo de Rosario Murillo dentro de la dictadura.
Estos cambios lo han llevado a desempeñar funciones cada vez más protagonistas, la más reciente fue su reunión este 22 de mayo con Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal de Rusia, en la que nuevamente relegó al canciller Moncada. También ha encabezado importantes encuentros con altos funcionarios de Irán, otro de los aliados ideológicos de Ortega.
“Laureano Ortega es uno de los hijos con más favoritismo por parte de la pareja presidencial por una relación de imagen pública que ha reflejado a lo largo del tiempo, y más allá de designar, están construyendo esa imagen tomando precaución que en un momento Ortega pueda faltar como figura en el poder”, sostiene Martínez.
Desde hace años diversos analistas han señalado al cantante de ópera como reemplazo del Ortega, sin embargo, el dictador no ha hecho medición del caso, pero si ha delegado más responsabilidades sobre la mayoría de sus hijos, con la excepción de Zoilamérica Narváez, quien se encuentra exiliada en Costa Rica. Todo esto lo han venido haciendo a pesar de la prohibición de la Constitución de nombrar a familiares en cargos públicos.
Consolidar el poder
A ojos de la prensa internacional, Laureano también ha sido clave en la consolidación de las relaciones del régimen con China y Rusia, según un artículo de The New York Times publicado el año pasado. “El meteórico ascenso del hijo, Laureano Ortega, ha ayudado a la familia a consolidar el poder: ahora gestiona las relaciones más importantes de Nicaragua, forjando históricos acuerdos diplomáticos y energéticos con funcionarios chinos y rusos de alto nivel”, detalla el medio.
De hecho, Laureano es considerado el artífice del proyecto del Canal Interoceánico que prometía sacar a Nicaragua de la pobreza, pero que finalmente no se llevó a cabo como se anunció en un principio. En 2019 fue sancionado por Estados Unidos “como facilitador clave de la corrupción del régimen”.
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