La vocera del régimen, Rosario Murillo, arremetió este martes contra los sacerdotes católicos, a quienes tildó de «sacrílegos» y los acusó de cometer supuestos crímenes de lesa humanidad.
La esposa y vicepresidenta de Daniel Ortega acometió contra los miembros de la Iglesia católica después que el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, hizo un llamado a la pareja dictatorial y a sus fuerzas armadas a «pedir perdón y volver a Dios».
En su habitual llamada telefónica a medios oficialistas, Murillo dijo que personas, a las que «prefiere no mencionar», sembraron muerte en el país durante el 2018, en referencia a las protestas sociales contra el régimen.
«Todo mundo sabe quién tocaba las campanas para que llegaran a asesinar a los hermanos y hermanas en los municipios, quién mandaba a tocar las campanas y ahora se pronuncia sacrílegamente», declaró.
A su vez, los señaló de ser «agentes» de Estados Unidos, país que ha brindado refugio a varios sacerdotes perseguidos, incluido monseñor Báez.
«Sabemos que esos son los protegidos, los preferidos de los imperios para sus desgracias, porque son criminales de lesa humanidad. Usar los instrumentos de la paz, de las pastorales, de las concordias, para mandar a matar ¡qué sacrilegio por partida doble! (…) Agentes del imperio son al fin y al cabo, todos ellos, todos incluidos», añadió Murillo.
La persecución contra la Iglesia católica por parte del régimen Ortega Murillo ha incrementado en el último año, obligando al exilio y destierro a más de 70 religiosos.
En marzo pasado, la Cancillería nicaragüense anunció la suspensión de las relaciones diplomáticas con el Vaticano y, en mayo, la dictadura le abrió una supuesta investigación por lavado de dinero a la Iglesia, sin que a la fecha haya presentado pruebas.
De acuerdo a diferentes reportes, al menos nueve sacerdotes se encuentran detenidos arbitrariamente, incluido monseñor Rolando Álvarez.
You must be logged in to post a comment Login