Freedom House, una organización internacional que promueve la democracia, la libertad política y los derechos humanos entregó su reconocimiento anual, el Mark Palmer Prize, edición 2024, a la delegación diplomática del Departamento de Estado de Estados Unidos por su papel en la «Operación Nica Welcome», mejor conocido como «el vuelo de la libertad» que negoció con el régimen de Daniel Ortega la liberación de 222 presos políticos en Nicaragua y que tuvo lugar el 9 de febrero de 2023.
El reconocimiento fue recibido por el exembajador de Estados Unidos en Nicaragua Kevin Sullivan, Marta Costanzo Youth, Enrique Roig, y Marcela Escobari, estos últimos funcionarios fueron parte de la tripulación que acompañó a los presos en lo que describieron como «el emotivo vuelo».
Freedom House dijo en un anuncio publicado en sus redes sociales sobre esta delegación que «sus incansables esfuerzos para asegurar la liberación de 222 prisioneros políticos nicaragüenses y darles la bienvenida en Estados Unidos son un testimonio del poder de defender la libertad y la democracia».
Medio oficialista asegura que Ortega trae protección esotérica
El activista político de la oposición Félix Maradiaga estuvo presente en el evento de premiación y dijo estar «profundamente agradecido» con la delegación que gestionó la libertad de los prisioneros, la mayoría capturados entre junio y agosto de 2021. Además expresó que Daniel Ortega ha atacado a periodistas, lideres opositores y religiosos usando «el encarcelamiento injusto como táctica de intimidación», y mencionó entre otros el caso del periodista Víctor Ticay, preso por cubrir actividades religiosas durante la Semana Santa.
Absoluto secreto y a correr
El exembajador de Estados Unidos en Nicaragua Kevin Sullivan, aseguró que un «gran grupo de trabajo estuvo involucrado en la negociación, planificación y ejecución de la operación Nica Welcome el año pasado», y dijo que la diversidad de las personas que formaron parte de los 222 liberados, entre los que se encontraban personas en edades de entre 20 a 80 años, universitarios, empresarios, periodistas, campesinos y defensores de derechos humanos, son un reflejo de la dureza de la represión de la dictadura Ortega-Murillo en el país».
Sullivan relató la forma en que habría sucedido la operación, ya que asegura que el régimen tenía cerrado todo canal de negociación con ellos, pero que aquel nueve de enero recibió en una reunión «cara a cara» la noticia de que iban a ejecutar la liberación. «No podía creer cuando me dijeron que a todos los presos políticos», contó.
«Fuimos por ellos, ese era mi trabajo», aseguró. «Luego inició una negociación delicada sobre los términos de esa liberación», expresó. El diplomático, también contó que el Canciller Denis Moncada insistió en que todo debía permanecer en absoluto secreto hasta que todos estuvieran fuera del país o «todo podría desmoronarse».
Todo esto involucró de inmediato a cientos de personas y agencias del gobierno de Estados Unidos para trabajar en total secreto en la operación, según el testimonio de Sullivan, que dijo que el trabajo de esta gente que se movilizó a última hora era identificar recursos para la operación, organizar el vuelo, gestionar la aprobación del ingreso a los Estados Unidos de todos los prisioneros y diseñar los planes de asistencia para cuando ellos estuvieran ahí.