El presidente argentino, Javier Milei, arremetió contra los presidentes de América Latina que no forman parte de sus lineamientos políticos entre los que destacan Daniel Ortega de Nicaragua, Nicolás Maduro de Venezuela y Lula da Silva de Brasil.
Milei denunció el domingo la «persecución judicial» contra el exmandatario brasileño Jair Bolsonaro (2019-2022), durante una conferencia de conservadores en Brasil en la que denostó contra los gobiernos de izquierda en la región.
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«Miren la persecución judicial que sufre nuestro amigo Jair Bolsonaro aquí en Brasil», dijo Milei ante los vítores y aplausos de miles de simpatizantes en el foro CPAC, en Balneário Camboriú, Santa Catarina (sur).
En su primera visita a Brasil, el ultraliberal Milei desairó al presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, con quien ha intercambiado agravios, y en cambio se abrazó con Bolsonaro, su hermano ideológico y rival de Lula.
También se reunió con los gobernadores de los estados de Santa Catarina, Jorginho Mello, y de Sao Paulo, Tarcisio Freitas, ambos de signo conservador.
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En una larga exposición contra el «socialismo empobrecedor» en la región, el jefe de Estado argentino arremetió contra las «dictaduras asesinas» de Venezuela, Cuba y Nicaragua, e intensificó sus críticas al gobierno de Bolivia por «montar un falso golpe de Estado».
«El socialismo (…) necesariamente deriva en esclavitud o muerte», y cuando los gobiernos «resisten en esa senda… o terminan siendo rechazados por la sociedad o terminan violando la libertad y jugando con la vida de sus ciudadanos para preservarse en el poder», afirmó.
Pero «quiero decirles que soplan vientos de cambio en el mundo», añadió.
– Libertad de expresión –
Milei también dijo que la libertad de expresión es «cuestionada en las principales potencias del mundo» con la «excusa de no herir las sensibilidades o respetar a minorías ruidosas que quieren imponer su visión minoritaria», y algunos países cometen «aberraciones» para sofocarla.
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Y citó a Brasil, donde los bolsonaristas a menudo denuncian censura en los intentos de las instituciones para combatir desinformación y los discursos de odio en redes sociales.
«Son cosas que parecen lejanas o abstractas, pero cada uno mira lo que lamentablemente empieza a ocurrir hoy aquí en Brasil y lo piensa dos veces», apuntó.
El jefe de Estado defendió sus políticas para liberalizar la economía argentina, aprobadas el mes pasado en el Congreso, y acusó a la oposición de seguir «haciendo lo imposible para boicotear» su gobierno.
El capítulo latinoamericano de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), lanzada hace 40 años en Estados Unidos, reunió sábado y domingo lo más granado del movimiento conservador brasileño y latinoamericano.
Miles de simpatizantes bolsonaristas, como representantes del sector agropecuario o activistas antiaborto asistieron al encuentro, donde vino y cerveza asociados a Bolsonaros eran vendidos. Entre la multitud había dobles del expresidente y de Milei, observó un videorreportero de la AFP.
La conferencia no acabó sin incidentes. La cadena CNN Brasil denunció en una nota que su reportera Isadora Aires fue «hostilizada por manifestantes» en el evento y tuvo que ser retirada por seguridad.
El sábado, Bolsonaro fue aclamado como la única opción de la derecha, a pesar de su inhabilitación para presentarse en los comicios presidenciales de 2026 y la pila de problemas judiciales que enfrenta.
«A pesar de los problemas (…) -tengo unos 300 procesos todavía-, no vamos a retroceder», dijo el ultraderechista ante un público eufórico.
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La semana pasada, la Policía Federal recomendó imputar a Bolsonaro por lavado de dinero y otros crímenes, en una investigación por el supuesto desvío de unas valiosas joyas de diamantes regaladas por Arabia Saudita.
Y aún espera las conclusiones de una pesquisa por la supuesta falsificación de certificados de vacunas del covid-19.
También es investigado por la invasión de las sedes de los poderes públicos en Brasilia en enero de 2023 por sus seguidores y por un intento de golpe de Estado para mantenerse en el poder.