El Parlamento nicaragüense, dominado por los sandinistas en el poder, le han dado este jueves el último golpe a la Constitución Política de Nicaragua, un texto ahora reformado a la medida de Rosario Murillo según analistas.
«Aprobada en su totalidad en Segunda Legislatura la Ley de Reforma Parcial a la Constitución Política de la República de Nicaragua» anunció la cuenta oficial de la Asamblea Nacional en Facebook.
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“Estamos realizando esta reforma constitucional, profundizando nuestros derechos, profundizando nuestra democracia. Una reforma que se sustenta en la soberanía popular, que se sustenta en que el pueblo es el dueño del poder, el poder radica en el pueblo y esta Constitución que es producto del pacto social, es decir, del acuerdo de todo el pueblo, del acuerdo de toda la sociedad que se manifiesta en nuestro modelo revolucionario” defendió el diputado Edwin Castro, una ficha fiel a Murillo en el Parlamento.
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Según Castro estas reformas ayudan a la «institucionalidad» del país pese a que el régimen de Ortega se ha caracterizado precisamente por pasar por encima de las leyes nacionales.
CIDH: «se consolida el régimen autoritario»
De acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), estas reformas solo vienen a confirmar el régimen autoritario encabezado por Ortega y su esposa, Rosario Murillo.
La reforma establece un modelo que «centraliza el poder en la presidencia», es decir en los dos dictadores que ahora se erigen como «copresidentes» en funciones.
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«Este modelo «elimina el principio de separación de poderes» y permite al Ejecutivo «destituir a personas que ocupan cargos públicos y que no se alineen con los ‘principios fundamentales’ de la Constitución» denunció la CIDH desde noviembre pasado.
ONU advirtió de consecuencias «nefastas»
Por su parte la Organización de Naciones Unidas (ONU), advirtió en noviembre pasado de las «nefastas consecuencias» que tiene para los derechos humanos la aprobación de una reforma constitucional en Nicaragua que da poder absoluto a Ortega y Murillo.
La reforma concede un «poder ilimitado» a Ortega y Murillo, a quien se elevó el rango de vicepresidenta a «copresidenta» expresó el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua.
Esto (las reformas), «parecen perseguir la formalización de la disolución de facto de la separación, la independencia, el equilibrio cooperativo y el control mutuo entre los distintos poderes del Estado».
La nueva constitución sandinista aumenta el período presidencial de cinco a seis años y da un poder absoluto a la pareja presidencial.
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