Rosario Murillo no pudo ocultar su alegría durante su llamada telefónica diaria este viernes, un día después de que concretaran el cambio de la Constitución Política del país y aniquilaran la institucionalidad.
«Quiero agradecer todos los mensajes que hemos recibido de saludo a la conclusión y aprobación unánime de las reformas a nuestra Carta Magna», dijo a sus medios de comunicación.
Aseguró que estas «reformas» consolidan un «modelo de pueblo presidente» y que ese es un modelo que le «llena de orgullo».
Lo cierto es que la nueva Constitución no solo convierte a Nicaragua oficialmente en un Estado partidario donde se ordena a la población rendir culto a la bandera y a los personajes del sandinismo, sino que además, supedita a todos los poderes a la voluntad de la pareja dictatorial.
Se declara elegida
Murillo aseguró en su discurso que Dios le ha permitido el lugar que hoy ocupa y que por esa protección divina ha podido «trascender todas las dificultades» con lo que asegura es un «Don» que agradece.
«Este es el verdadero poder, el poder del amor que es el poder de Dios», dijo, a pesar de que ha sido señalada y sancionada por Estados Unidos de haber estado detrás de la estrategia de terror y paramilitarismo que hundió a Nicaragua en la muerte y la violencia en 2018.
Sandino «celebra», según ella
Murillo informó que Walter Sandino, nieto Augusto C. Sandino le envío efusivas felicitaciones. «Estoy seguro que mis abuelos, mi madre, desde lo más alto y puro del cielo celebran con inmensa alegría este trascendental acontecimiento», le habría dicho el descendiente de la figura de la cual el sandinismo hace alarde, y que en la historia no estaría exento de críticas y cuestionamientos éticos, políticos y morales.
«Es el pueblo de Nicaragua el que está reflejado en este otro tiempo», afirmó la ahora «Copresidenta», que cada vez relega más al veterano Ortega, cuyas últimas apariciones públicas han despertado titulares de prensa por su desmejorado aspecto.