La Magistrada Juana Méndez no duró ni un día fuera de la Corte Suprema de Justicia como una muestra más de la impulsiva e improvisada forma de gobernar del régimen Ortega-Murillo. Aunque su carta de renuncia fue enviada el pasado 14 de marzo, fue hasta ayer que la Asamblea Nacional discutió el documento y lo aprobó.
Esta misma mañana el parlamento deshizo lo actuado y reintegró en su puesto a la controversial funcionaria. «Yo explicaba que el motivo de esa renuncia, la cual en esta Asamblea aprobamos era porque el país, Nicaragua, estaba proponiendo a la compañera Juana Méndez para ocupar el cargo de Presidenta de la Corte Centroamericana de Justicia», indicó Gustavo Porras durante la sesión de hoy.
Confirmarían que pretendían degradarla
Porras explicó que debido al bloqueo de la candidatura de Dennis Moncada como Secretario General del SICA por tercera ocasión, se «abrió las puertas para que Nicaragua comenzara a tomar decisiones sobre estas situaciones», refiriéndose a la salida de Nicaragua de la Corte Centroamericana de Justicia en protesta por no haber alcanzado sus objetivos y asegurando que no se están cumpliendo los Estatutos que dieron origen a la misma en 1992 porque solo la integran tres países por lo que no es realmente un órgano de deliberación regional.
«En estos 32 años desde su creación, la Corte Centroamericana de Justicia únicamente ha estado integrada por Magistrados/as de las Repúblicas de Nicaragua, Honduras y El Salvador, no logrando cumplir con los propósitos originales para su creación como órgano judicial de carácter regional», indica la carta protesta de la dictadura, confirmando con esto que pretendían degradar a Méndez ubicándola en un puesto de poca relevancia e impacto.
«Esa corte queda en el aire sin capacidad de funcionar, entonces el motivo que generó la renuncia desaparece y las cosas vuelven a su lugar tal y como se hicieron», dijo Gustavo Porras antes de ordenar a todos los diputados sandinistas que dieron el «si» a la moción de revertir la renuncia de Méndez.
Su hija y nuera purgadas
Aunque se supo que el cargo de Juana Méndez en la Corte Centroamericana de Justicia era solamente una especie de «premio de consolación», porque tal y como el mismo régimen lo indica en su comunicado, el órgano no tiene mayor incidencia, es claro que su hija Nikirana Ferreti y su nuera Yelba Orozco, fueron echadas de la Corte Suprema de Justicia donde en un abierto caso más de nepotismo le acompañaban como empleadas de esa institución pública.
La Corte Suprema de Justicia perdió, al igual que cualquier otro Poder del Estado, su relevancia con la nueva e ilegítima Constitución Política aprobada en enero, la cual supedita a todas esas instituciones a la voluntad de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes declararon que ellos fueron los «elegidos» por el pueblo para tomar todas las decisiones sin ningún tipo de contrapoder.
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