La autodenominada “copresidenta” Rosario Murillo fue marginada en dos momentos clave durante un acto oficial del Ejército de Nicaragua, realizado la noche del lunes 2 de junio de 2025, evidenciando que no es una figura respetable en la cúpula militar.
Pese a que Murillo se ha autoproclamado como “jefa suprema del Ejército”, no fue invitada a participar en la imposición de grados a dos altos mandos militares: Bayardo Ramón Rodríguez Ruiz, jefe del Estado Mayor General, y Marvin Elías Corrales, Inspector General del Ejército.
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El acto fue encabezado únicamente por el dictador Daniel Ortega, quien impuso los grados acompañado del general Julio César Avilés Castillo, jefe del Ejército. La ausencia de Murillo en esta ceremonia no pasó desapercibida, dado su protagonismo habitual en los eventos oficiales del régimen.
Murillo solo leyó los decretos en los que ambos militares fueron anunciados en La Gaceta, diario oficial de Nicaragua, para recibir los cargos inventados de grado militar de “coronel general”.
Omitida en la portada oficial del Ejército
La exclusión de Murillo no terminó ahí.
En la portada de la Memoria Anual del Ejército 2024, que ella misma sostuvo, solo aparecen las figuras de Ortega y de Avilés.
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Murillo no fue incluida, a pesar de su insistente protagonismo en la narrativa oficial y su papel como figura central en el aparato de propaganda del régimen.
Aunque oficialmente Murillo se presenta como una figura de poder compartido con su esposo Ortega, en la práctica, parece quedar al margen de algunas decisiones clave dentro de las estructuras del poder armado.
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