El exrector Adrián Meza Soza, quien se encuentra en el exilio en Costa Rica, denunció en una carta abierta el intento de localizarlo en su vivienda por parte del aparato de inteligencia militar de la dictadura Ortega-Murillo, que ocurrió este fin de semana en San José.
En el escrito, que hizo público en su cuenta de Facebook, el profesor universitario detalló que un hombre preguntó en la vigilancia de su residencia por el docente.
La persona dio el número de la vivienda y del propio profesor. Sin embargo, cuando le trasladaron la solicitud, el hombre se fue del sitio. «Para quienes alguna vez, tuvimos experiencia en inteligencia militar y operativa, esta parece ser una clásica operación de ‘verificación y localización del objetivo’”, explicó Meza Soza en su denuncia pública.
Añadió que «como ustedes podrán entender con siete asesinatos políticos transfronterizos asignados a su cuenta, sería poco razonable de mi parte que no tomara en serio este incidente. También sería irresponsable buscar protagonismo, visibilidad política, o victimización gratuita con este hecho, por los costos de intranquilidad, zozobra y angustia que esto le provoca normalmente a los familiares y seres queridos cuando nos presienten en riesgo.
No deseo hacer, ni lo uno, ni lo otro», añadió en el texto que dirigió a Daniel Ortega y Rosario Murillo directamente. El último de estos asesinatos ocurrió el pasado 19 de junio, cuando el mayor retirado Roberto Samcam murió después de que le dispararan dentro del condominio Moravia, en San José, Costa Rica.
Qué pasó con la Universidad Paulo Freire
Meza Soza era rector de la Universidad Privada Paulo Freire hasta que la Asamblea Nacional al servicio de la dictadura ilegalizó la institución. Esto llevó al académico a exiliarse en Costa Rica.
En enero de 2022 cuando el Ministerio de Gobernación los citó para presentar sus estados financieros, el docente advirtió que pretendían generar una situación irregular inexistente para cancelar la universidad.
«Nosotros no estamos enfrascados en una situación de confrontación política con el gobierno, la rectoría ha marcado algunas posiciones institucionales que hemos considerado elementales en algunas ocasiones, sobre todo cuando se ha tratado de temas vinculados a derechos humanos, pero realmente el tema político no es nuestro trabajo, sino el educativo», dijo en ese entonces Meza, quien consideró en ese momento que «hay un exceso de celo, el gobierno vive viendo adversarios en todas partes donde no los tiene», y espera que el caso se resuelva «objetivamente, en el marco de la legalidad».
En su carta, en la que también menciona a los directores de los órganos de inteligencia del Ejército, el exrector sostuvo que «los refugiados y exiliados no tenemos el derecho de convertir las calles del país que nos ha acogido, en un campo de batalla, donde podrían morir, costarricenses inocentes. No somos criminales que operen sin medir este tipo de consecuencias. Los criminales están entre sus filas».
El pasado mes de septiembre, las autoridades costarricenses anunciaron la detención de cuatro sospechosos de haber planificado el asesinato de Samcam, a quien un hombre le disparó en ocho oportunidades en junio, un crimen que la Fiscalía de Costa Rica dijo que tenía «motivos políticos».
“Una de las líneas de investigación apunta a que esto fue una orden aparentemente del Ejército nicaragüense. No nos vamos a conformar con detener a quienes realizaron la ejecución; vamos a llegar hasta las últimas consecuencias tratando de determinar quiénes ordenaron este homicidio”, señaló el mes pasado el fiscal general costarricense Carlos Díaz, quien encabezó tres allanamientos que permitieron la captura de los implicados en el crimen de Samcam.
Meza Soza le preguntó a Ortega y Murillo: ¿Ustedes creen realmente que el asesinato político como práctica imputada y reconocida en el régimen que representan y dirigen, les ha dejado en verdad mas beneficios que consecuencias negativas?», aunque reconoció que no esperaba respuestas de los dictadores.
Periodista Nicaragua Investiga
