En un intento por proyectar estabilidad en medio de la fuga de población que vive el país, la codictadora del régimen nicaragüense, Rosario Murillo, ha respaldado la difusión de un sondeo que pinta un panorama idílico de apoyo popular. Según datos revelados por M&R Consultores, propiedad de Raúl Obregón, el 85.3% de los encuestados percibe que los «copresidentes» Daniel Ortega y Rosario Murillo guían al país «por la dirección correcta», mientras que un abrumador 90.4% afirma que el gobierno les infunde esperanza.
#ElDato 📊 La dictadora Rosario Murillo dio a conocer la fecha en la que los trabajadores del sector público de Nicaragua recibirán el aguinaldo 2025.
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— Nicaragua Investiga (@nicaraguainvest) October 15, 2025
Este informe, aplicado del 16 al 29 de septiembre a mayores de 16 años en 16 departamentos según la encuestadora sandinista, eleva la aprobación general de la dictadura al 87.8%, un leve repunte desde el 86.7% de junio, con Obregón destacando un «ascenso» en la percepción positiva hacia Murillo, quien cosecha un 83.6% de respaldo en su labor diaria.
Estos indicadores, que incluyen un 82.7% convencido de que el régimen promueve «la unidad y la reconciliación» y un 84.6% que lo califica como «democrático y apegado a las leyes», evocan cifras de adhesión absoluta reminiscentes de regímenes autoritarios como el de Corea del Norte, donde el consenso oficial rara vez baja del 99%.
La realidad que el régimen no acepta
Sin embargo, el contraste con realidades independientes desmonta esta narrativa: una encuesta paralela de Hagamos Democracia, realizada del 25 al 30 de septiembre de este año a 400 personas en 40 municipios, expone que el 64.5% de los nicaragüenses optaría por abandonar el país ante la primera posibilidad, frente a solo un 35.5% que se quedaría. Esta cifra, aunque ligera baja del 69.5% en abril, subraya un «agotamiento social frente a la crisis sociopolítica y económica», con el 51.1% citando la debacle financiera como motor principal y el 44.4% la «falta de salida política».
“Aunque la percepción negativa del futuro está mayormente fundamentada en la crisis sociopolítica, al momento de tomar la decisión de migrar, las razones económicas son predominantes” dice el informe de Hagamos Democracia. La intersección de ambos males se resume en que “la crisis política alimenta la crisis económica y viceversa”, exacerbando una emigración que en los últimos tres meses afectó al 17.5% de las familias encuestadas.
El destino de los nicas
Estados Unidos lidera como meta soñada (47.3%), pero España irrumpe con un 31% de preferencia —un auge que desplaza a Costa Rica (17%)—, impulsado por políticas de asilo más accesibles. Jóvenes de 20 a 35 años conforman el 51.4% de los partientes, lo que genera una «fuga constante de talento y mano de obra calificada», rompiendo el «tejido social y productivo» de Nicaragua.
“La crisis política y de derechos humanos derivada del régimen totalitario del actual gobierno es el problema estructural que define un futuro incierto para el país” dice una fuente de la oposición. “Mientras no se resuelvan las causas estructurales de la migración —principalmente la crisis política, la falta de libertades y la ausencia de oportunidades—, Nicaragua seguirá perdiendo a su población económicamente activa”.
Nicaragua Investiga
