Cada vez que se acercan elecciones presidenciales en Nicaragua, Daniel Ortega anuncia con bombos y platillos grandes proyectos con el objetivo de ganar popularidad y obtener más simpatía de los nicaragüenses. Así sucedió el 4 de Octubre 2016, previo a los comicios generales de ese año, el partido sandinista en plena campaña anunció “un plan de modernización de cinco terminales de buses”, cuya inversión sería superior a los 50 millones de dólares, pero el proyecto nunca se concretó.
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Fidel Moreno, secretario general de la Alcaldía de Managua, dijo en ese momento que el proyecto era orientado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, y que se trataba de una inversión público-privada; donde la municipalidad capitalina y el Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI), tendrían intervención e igualmente habría amplia participación del sector privado.
Moreno detalló que el proyecto consistía en modernizar las terminales de buses de los mercados: El Oriental, El Mayoreo, Carlos Roberto Huembes e Israel Lewites; así como la terminal de buses de la Universidad Centroamericana (UCA). Y al mismo tiempo señaló que el proyecto tenía previsto iniciar en 2017. “También tenemos más de 3 mil transportistas, tanto dueños de unidades, como conductores y cobradores, que requieren mejores condiciones”, refirió para ese entonces.
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Es un proyecto rentable
El ingeniero Agustín Jarquín Anaya asegura que abogó por este proyecto desde el año 2005, hace más de 15 años, y sugirió que se diseñara en las escuelas de arquitecturas de las diferentes universidades del país para que los nuevos ingenieros ganaran un premio, pero no sucedió como lo propuso.
Jarquín Anaya afirma que las actuales terminales de transporte no prestan las condiciones para los nicaragüenses, “el riesgo de seguridad es grandísimos en ellas y es un desorden impresionante el que existe”, apunta, y agrega que entidades bancarias internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) dan los recursos porque el proyecto es rentable.
“Esas son terminales de transporte y a la vez están vinculados con un centro comercial, que la gente aprovecha para hacer sus compras”, subrayó el experto, quien destaca que este es uno de los programas que tienen que retomarse a la brevedad y no postergarse. “Eso lo necesita con urgencia Nicaragua”, destaca.
Agrega que este proyecto haría más atractivo al país viéndose más ordenado y agradable: “entra en armonía en darle un perfil turístico a la ciudad y darle confort a los usuarios nicaragüenses y extranjeros que nos visitan”, enfatiza.
Promesa electoral incumplida
Óscar René Vargas, quien es sociólogo-economista y analista político, dijo que esta es una promesa electoral incumplida. “En las campañas electorales los candidatos prometen todo y no cumplen nada”, dijo a Nicaragua Investiga. Vargas afirma que la idea para realizar este proyecto era público-privada pero deduce que la empresa privada no apoyó.
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“La propuesta era para estimular la economía que estaba en franco proceso de desaceleración, por lo tanto la empresa privada no lo vio atractivo y el gobierno no tenía los recursos para ejecutarlo. Se había perdido el dinero de la cooperación venezolana”, destaca Vargas.
Él asegura que esto fue una estrategia “demagógica” en la medida en que no tienen asegurado los inversionistas, “ni siguiera los estudios pre-factibilidad previos para decidir la viabilidad del proyecto”, añadió René Vargas.
De acuerdo con la opinión del sociólogo Cirilo Otero, la empresa privada siempre tuvo una actitud que si se metían a este tipo de proyectos tendrían que tener un préstamo. “Nunca han puesto en peligro su capital. Dadnos un préstamos y si es por la vía gubernamental, mejor”, criticó.
5 promesas incumplidas por Daniel Ortega durante sus años de gobierno
Otero comenta este tipo de proyectos crea expectativas y eso le beneficia en dos campos al gobierno de turno: “uno, en campaña electorera; dos, te asegura como un perfil de gobierno progresista, aunque no lo hagan”, apunta. Otero señala que tiene registrados 18 proyectos que no se han cumplido durante la gestión de Ortega.
Por otra parte, Otero afirma que este tipo de expectativas se usan cuando hay crisis “espantosas”, “alimentarias” o cuando el gobierno de turno siente que no tiene simpatía. Elevan la esperanza de sus adeptos y en 14 años la mayoría de gente se convenció que son promesas incumplidas, aunque hay ingenuos que creen que esas cosas van a ser verdad.
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