A través de una audiencia secreta, como acostumbra a operar el régimen sandinista, el exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Edgard Parrales, fue acusado por supuestamente “incitar a la violencia”.
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Vilma Núñez, directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), fue quien confirmó que el pasado martes, el Ministerio Público acusó al ex diplomático, quien continúa detenido en el llamado nuevo Chipote, por “incitar a la violencia”. Hasta el momento, no existe ningún comunicado oficial público con la acusación.
Asimismo, confirmaron que tras la supuesta audiencia Parrales fue revisado por un médico para confirmar los padecimientos de salud que fueron reportados luego de su detención.
Bajo riesgos de salud
Parrales fue detenido el pasado lunes 22 de noviembre en las afueras de su vivienda por hombres de civil y sin presentársele orden de captura alguna. Las condiciones de su detención arbitraria resultan habituales por parte de las autoridades controladas por el mandatario Daniel Ortega.
Desde el momento de su detención, la familia del también ex sacerdote de 79 años advirtió sobre su delicada situación de salud. Según lo expresado, Parrales debe seguir específicos cuidados en su alimentación y tomar medicamentos ya que hace diez años le fue extirpado el intestino grueso, y de no seguir tales indicaciones “se descompensa”.
Esta misma mañana las autoridades permitieron que la familia de Parrales le entregaran “agua y suplemento alimenticio (leche), pero no permitieron pasar una sábana necesaria para soportar el frio”, según lo denunció el Cenidh.
Las negativas condiciones en que se encuentran los presos políticos dentro del Chipote preocupan aún más a las familias, quienes exigen sus liberaciones y el respeto a sus derechos humanos.
Detenido por sus críticas
Al igual que otros opositores detenidos en los últimos meses, a Parrales se le acusa de “incitar a la violencia”. Sin embargo, sus familiares insisten en que se trata de una represalia de parte del régimen sandinista por las últimas entrevistas que concedió a los medios de comunicación.
La misma mañana en que fue secuestrado, Parrales estuvo presente en la revista matutina de Canal 10. El ex diplomático era de los pocos opositores que continuaban brindando declaraciones públicas ante la creciente oleada represiva desatada por Ortega acusando a todo aquel que critique su administración de violar la “Ley de Soberanía del país”, o bien la “Ley de Ciberdelitos”.
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