En una muestra más de nepotismo y del férreo control que ejerce la familia Ortega Murillo sobre todo el Estado, Laureano Ortega fue el encargado este 9 de diciembre de firmar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Nicaragua y la dictadura comunista de China.
Laureano es Asesor Presidencial para Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional y el encargado de la Agencia de Promoción de Inversiones y Exportaciones (PRONicaragua), pero no funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores.
«Hoy es un día histórico. El restablecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China corresponde plenamente con la voluntad y los intereses fundamentales del Pueblo de Nicaragua», dijo Laureano.
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Es decir, Ortega optó por su propio hijo y excluyó a la Cancillería para tan importante acuerdo diplomático, ya que en la firma Laureano estuvo acompañado de su hermano Rafael «Payo» Ortega, señalado de manejar los «negocios» de la familia; y del Ministro de Hacienda, Iván Acosta, sancionado por Estados Unidos por organizar el «apoyo financiero» al régimen.
Según el artículo 4 de la Ley 358, Ley de Servicio Exterior, «corresponde al Ministerio de Relaciones Exteriores por medio del Servicio Exterior, promover y estrechar, conforme a los intereses nacionales, las relaciones de Nicaragua con los Estados extranjeros en sus aspectos políticos, económicos, sociales, culturales, científicos y tecnológicos y participar activamente en las Organizaciones Internacionales».
La crítica a este manejo de las relaciones diplomáticas no se ha hecho esperar, por ejemplo, el periodista Carlos Fernando Chamorro, considera que esto refirma que en Nicaragua lo que existe es una «dictadura dinástica».
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«Alineamiento geopolítico familiar. Ortega y Murillo reafirman la naturaleza de su Gobierno familiar, como una dictadura dinástica, al delegar a su hijo Laureano Ortega Murillo para firmar la apertura de relaciones diplomáticas con China. ¿Y el Ministro de Relaciones Exteriores?», cuestionó Chamorro.
Alineamiento geopolítico familiar. Ortega y Murillo reafirman la naturaleza de su Gobierno familiar, como una dictadura dinástica, al delegar a su hijo Laureano Ortega Murillo para firmar la apertura de relaciones diplomáticas con China. ¿Y el Ministro de Relaciones Exteriores?
— Carlos F Chamorro (@cefeche) December 10, 2021
Laureano y los negocios corruptos
Hay que destacar que desde que Laureano se convirtió en promotor inversiones del gobierno de Nicaragua, ha sido el responsable de grandes escándalos y fiascos como el Canal Interoceánico, que nunca se llevó a cabo, y el satélite Nicasat-1, que nunca fue lanzado al espacio.
Laureano fue sancionado en abril del 2019 por Estados Unidos, acusado de lavado de dinero. “A partir de 2018, Laureano se involucró en negocios corruptos en los cuales inversionistas extranjeros pagaron por un acceso preferencial a la economía nicaragüense. Además, Laureano coordinó las tareas ejecutivas para el proyecto del Gran Canal de Nicaragua y estuvo en el centro de su creación. A pesar de la pérdida de impulso del proyecto, las cifras del régimen de Ortega, incluido Laureano, continúan utilizando la Compañía del Gran Canal de Nicaragua como medio para lavar dinero y adquirir propiedades a lo largo de la ruta planificada del canal”, señalaba la nota del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Lo que dice la Constitución
El nepotismo practicado por Daniel Ortega al imponer a sus hijos como funcionarios ha indignado a muchos críticos, ya que con ello, según analistas, el caudillo sandinista pasa sobre las mismas leyes.
Efectivamente, la misma Constitución Política de la República en su artículo 130 señala que «en todos los poderes del Estado y sus dependencias, así como en las instituciones creadas en esta Constitución, no se podrán hacer recaer nombramientos en personas que tengan parentesco cercano con la autoridad que hace el nombramiento y, en su caso, con la persona de donde hubiere emanado esta autoridad. Para los nombramientos de los funcionarios principales regirá la prohibición del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad».
Y es que no solo Laureano es oficialmente funcionario público, también lo es Camila Ortega, quien desde el 2019 ocupa el cargo de coordinadora de la Comisión Nacional de Economía Creativa.
En ese entonces, el economista Luis Murillo aseguraba que la economía creativa podría ayudar al desarrollo y crecimiento económico, pero que lo negativo de este modelo en Nicaragua, es que el gobierno pretende potenciarlo en cuanto a sus propios intereses y no a los del país.
“Es un problema de nepotismo porque han puesto a liderar a personas que no tienen la capacidad técnica», expresaba.
Ortega de luchar contra una dinastía a imponer la suya
Daniel Ortega llegó al poder por primera vez en 1979 cuando la guerrilla sandinista derrocó al dictador Anastasio Somoza Debayle e instauró una nueva dictadura, esta vez de corte socialista. A lo largo de toda su carrera política, Ortega ha cuestionado el nepotismo y el control que ejercía la dinastía de la familia Somoza sobre el Estado.
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