Los meses de aislamiento, la mala alimentación, los continuos interrogatorios y la falta de atención médica está provocando un grave deterioro en la salud de los presos políticos, que se encuentran encerrados en el Complejo Policial «Evaristo Vázquez», conocido como el nuevo Chipote, ubicado al sur de la ciudad de Managua.
Los familiares de los presos políticos advirtieron casos como el del jurista y exvicecanciller José Pallais, quien ha perdido casi 90 libras de peso, y del abogado Róger Reyes, quien está perdiendo la memoria luego de más de 45 días en una celda de castigo.
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Durante una conferencia de prensa la tarde de este martes, manifestaron que después de 45 días las autoridades finalmente les permitieron una nueva visita entre el 30 de diciembre y el 2 de enero. Fue la cuarta vez que tuvieron oportunidad de ver a sus seres queridos encerrados después del inicio de los arrestos hace más de seis meses.
«La salud de las personas de la tercera edad está en situación crítica. Nos alarma la pérdida de casi 90 libras de peso de José Pallais y su estado de debilidad física que le ha llevado a sufrir dos desmayos; el de Mauricio Díaz que ha perdido alrededor de 30 libras, se ha desmayado dos veces, tiene manchas en su piel y lagunas mentales; el de Violeta Granera que ha perdido dientes, se le dificulta comer y tiene manchas rojas en la cara por falta de sol; el de Edgar Parrales que carece de intestino grueso, tiene una hernia y ha perdido 12 libras en 40 días; el de Juan Lorenzo Hollman quien tiene mancha en el ojo y también ha sufrido de desmayos», indicaron en la conferencia.
El encierro es tal, que afirman que los presos no tienen acceso regular a la luz solar y que a la mayoría no se les permite la entrada de ropa de cama, abrigo y frazadas, por lo que sufren el intenso frío de las noches en sus celdas. En cuanto a las luces internas, en algunas casos estas pasan encendidas las 24 horas del día y mientras que en otros las celdas permanecen en penumbra.
Esas celdas son muy pequeñas, con camas de concreto y hay casos como Irving Larios, Miguel Mendoza, Roger Reyes, Álvaro Vargas, Michael Healy y Yader Parajón, que permanecen de a dos desde su secuestro, en celdas de castigo; mientras que Tamara Dávila, Ana Margarita Vijil, Suyén Barahona y Dora María Téllez «siguen siendo sometidas a aislamiento permanente, confinadas en celdas solitarias».
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El caso de Róger Reyes
El caso del abogado Róger Reyes es alarmante ya que presenta depresión, ansiedad y pérdida de memoria. Este ha pedido ser atendido por un médico especialista, pero le ha sido negado.
Su esposa Fernanda Guevara, narró la terrible situación del abogado luego de 137 días detenido en el nuevo Chipote. Afirmó que el 2 de enero cuando fue a visitarlo pudo comprobar las secuelas físicas y emocionales que ha dejado en él el largo encierro y las malas condiciones.
Dijo que actualmente lleva más de 45 días en una celda de castigo por segunda ocasión. Esta vez fue castigado porque le encontraron unos jugos que ella le había llevado.
Su estado es tan grave, aseguró, que «no recuerda el nombre de sus hijas» como tampoco cómo ni cuando fue capturado. A ello hay que sumar que está presentando problemas en la vista, insomnio y estreñimiento.
Causas no están ni en el sistema del Poder Judicial
Manifestaron que las causas de los reos «no aparecen aún reflejadas en el sistema del Poder Judicial, con el objetivo de invisibilizarles y mantener su indefensión». A ello hay que sumar que no se les permite reunirse «con sus defensas técnicas y se continúan practicando interrogatorios en ausencia de sus abogados», y las peticiones que estos han hecho han sido denegadas o no resultas.
De la misma forma, cuando se permiten visitas, ha continuado el acoso a los familiares y los castigos a los presos, posterior a estas. Se reporta que en dichas visitas hay «revisiones físicas que incluyeron tocamientos, retiro de vestimenta y ropa interior, despojo de objetos de uso personal; toma sin consentimiento de fotos y videos registrando el saludo inicial en las visitas», incluso se les ha exigido posar y quitarse las mascarillas. «Tampoco se permitió mostrarles cartas, dibujos, o fotografías de hijos y familiares menores de edad, mucho menos comunicación con ellos en Navidad y Año Nuevo», expresaron.
Sus familiares reafirman la exigencia de liberación para los más de 160 presos políticos que hay en Nicaragua, pero mientras tanto piden sean respetados sus derechos, se permitan las visitas regulares y que se les saque de las celdas de castigo y aislamiento en los casos denunciados, el acceso de sus hijos menores de edad, el ingreso de la Cruz Roja Internacional, entre otros derechos.
Así mismo, piden el «cambio inmediato de la medida cautelar de prisión por arresto domiciliar para todas las personas de la tercera edad y para las que se encuentran en situación crítica de salud».
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