El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo desató una campaña feroz contra la Iglesia católica con ofensas y amenazas de cárcel, que ha sido replicada por los agentes de propaganda en los medios de comunicación oficialistas para respaldar esta narrativa de que los sacerdotes deben ser enjuiciados porque, según ellos, “es el sentimiento de muchísimos compañeros” sandinistas.
Estas amenazas y persecución contra la Iglesia católica, la cual es de las instituciones de mayor confianza y credibilidad entre los nicaragüenses, se acrecentó semanas atrás. El hijo más polémico de la pareja dictatorial, Juan Carlos Ortega Murillo, se sumó a los ataques y tildó a los religiosos de hombres viciosos y de pensamientos impíos.
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El mensaje de odio lo divulgó el 22 de mayo en su cuenta oficial en Twitter cuando la Policía Nacional, al servicio del régimen, mantenía acorralados a monseñor Rolando Álvarez y al padre Harving Padilla. “Bajo cada sotana hay un hombre común, lleno de vicios, avaricia y pensamientos impíos”, sentenció el hijo de la pareja presidencial.
Bajo cada sotana hay un hombre común, lleno de vicios, avaricia y pensamientos impíos.
— Juan Carlos Ortega M (@JC_OrtMu) May 22, 2022
Un día antes, William Grigsby, agitador político de la dictadura, fue más directo con su mensaje de odio y aseguró que el gobierno sandinista ha sido “tolerante” con los sacerdotes. “¡Cuántos curas hay aquí abusadores sexuales! (El Cardenal Leopoldo) Brenes protegió a uno de ellos y lo mandó donde el Cardenal Norberto Rivera en México para esconderlo y que le dieran otra parroquia. Ahí volvió a hacer las mismas”, dijo en su programa del 23 de mayo.
“Hay otro cura en Rivas famoso por andar violando o abusando a las feligresas… y así podemos seguir contando. Los obispos los han protegido y el Estado no ha intervenido, yo creo que ya basta. Esta es la tapa al pomo, la gota que derrama el vaso. Ábranle causa penal y que no vengan con el cuento que ahora son perseguidos políticos, porque hay una campaña ahora de todos estos medios tranqueros, que para eso les pagan Estados Unidos”, continúo su ataque Grigsby.
Dos sacerdotes presos
El 13 de julio fue arrestado el sacerdote José Leonardo Urbina Rodríguez, párroco de la Iglesia Perpetuo Socorro de la ciudad de Boaco, quien es acusado de supuesto abuso sexual a menor de 12 años. La jueza Yolanda Fletes, del Juzgado Segundo Distrito Penal Especializado en Violencia, Niñez y Adolescencia de Managua, dictó prisión preventiva en contra del sacerdote; admitió la acusación y programó la audiencia inicial para el 21 de julio.
Este sería el segundo sacerdote encarcelado en Nicaragua. El primero fue el padre Manuel Salvador García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, de Nandaime, quien fue declarado culpable del delito de violencia física y psicológica en perjuicio de Martha Candelaria Rivas, pese a que esta negó la agresión ante la Fiscalía. Fue condenado a dos años de cárcel por supuestas amenazas.
Meterlos presos para callarlos
“¿Quién dice que ser cura es ser inmune? Si comete un delito, que vaya preso. Yo creo que este es el sentimiento de muchísimos compañeros y ciudadanos nicaragüenses que están hartos de este tipo de curas”, señaló Grigsby para que las autoridades encarcelen a los religiosos.
“De todas maneras van hablar (los medios de comunicación críticos al régimen), pues que hablen de verdad ahora. Que vayan presos, enjuiciados y condenados. Que dejen de joder. Y si para que dejen de joder hay que meterlos presos, pues metámoslo preso”, apostilló.
Amenazas de Murillo
Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua y esposa de Daniel Ortega, aprovecha sus intervenciones para arremeter contra el clero religioso sin mencionarlos. En sus discursos de odio es directa con sus amenazas de cárcel por tener en conocimiento supuestas pruebas.
El falso catolicismo de Rosario Murillo
“Así como se condenan los crímenes de lesa humanidad, así también se demanda juicio y condenas para quienes practican vicios, conductas inapropiadas, incluyendo, desgraciadamente, hasta a menores de edad. Lo sabemos. Lo hemos visto”, señaló Murillo el 5 de abril.
También dijo que las “conductas inapropiadas” son también aquellas que mueven a personas que dicen representar credos o líderes de fe, “Y en estado alcohólico, en estado etílico se personan y a gritos pretenden hacer su gusto, violentando las leyes. Todo eso lo vemos y lo vivimos, y para todo eso tenemos leyes, tenemos condenas”, sentenció.
Las amenazas de cárcel de la vocera del régimen, vinculando “crímenes de lesa humanidad” contra los religiosos, no están reflejadas en ningún documento oficial de grupos de derechos humanos de Nicaragua y tampoco en organizaciones internacionales.
Daniel Ortega los tacha de «hijos del demonio»
Los ataques de Daniel Ortega no han sido menos virulentos. El 14 agosto del 2021 en el acto del 41 aniversario de Fuerza Naval abonó al discurso de odio hacia los sacerdotes. Ortega justificó el encarcelamiento de opositores y aseguró que en las protestas antigubernamentales del 2018 algunos asesinaron y le pegan fuego a ciudadanos y policías «con el aplauso y aliento de algunos curas que son hijos del demonio». «No son hijos de Dios. Son hijos del demonio esos curas”, subrayó Ortega.
Ese mismo día, Rosario Murillo, que en muchas de sus alocuciones suele lanzar alabanzas al papa Francisco, dijo que ella y otras personas han perdido confianza hacia la Iglesia católica.
“Perdemos la confianza en una institución que no nos defendió como hijos de Dios a todos sino que defendió crímenes de lesa humanidad”, manifestó Murillo, a quien se le achaca la orden de reprimir las protestas que desencadenaron la actual crisis sociopolítica.
Todo eso ha calado en la militancia más reaccionaria del FSLN, la que en marchas o actividades partidarias muestra imagenes y pancartas acusando a los sacerdotes de «golpistas» y «terroristas» y «asesinos».
Represalias por apoyar a las víctimas de 2018
Sin embargo, un Informe 2021 sobre Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos, con fecha del dos de junio de este año que cubre el período entre el primero de enero al 31 de diciembre de 2021, refleja que el régimen sandinista hostigó verbalmente a sacerdotes y obispos, los calificaron de “terroristas en sotanas”, “golpistas” y los acusaron de cometer delitos.
El documento recoge que la Policía Nacional junto a los paramilitares, “hostigaron en varias ocasiones a los fieles católicos e impidieron que las misas se celebraran en conmemoración de las personas asesinadas durante las protestas a favor de la democracia de 2018”, y que además se documentaron un sinnúmero de ataques contra Iglesia en Nicaragua que van desde insultos verbales, persecución, hostigamiento, amenazas de muerte y sacrilegios.
Estados Unidos alega que todas estas acciones represivas en contra de la Iglesia católica se deben a que el clero ha apoyado incondicionalmente desde el estallido de abril 2018, a las víctimas de los atropellos del régimen, lo que ha causado que los obispos y sacerdotes experimenten represalias políticas, “investigaciones arbitrarias, retenciones de exenciones fiscales y denegación de servicios religiosos a los presos políticos”.
Sacerdotes asediados
En semanas pasadas fueron también noticia internacional las denuncias de persecución policial hacia el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez; el padre Uriel Vallejos, de la Parroquia Jesús de la Divina Misericordia en Sébaco; y el padre Harving Padilla, párroco de la iglesia San Juan Bautista. Este último, luego de de 10 días de asedio fue sacado del templo por una comitiva religiosa y en su lugar se nombró a otro.
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