La dictadura Ortega Murillo ha cometido hoy la peor canallada contra Nicaragua desde que se convirtió en una República. En menos de 48 horas, 91 diputados, leales a la familia gobernante, aprobaron lo que ellos llaman una reforma parcial a la Constitución, pero que en realidad es reforma total a la Carta Magna que convierte al país en prácticamente una hacienda de la pareja dictatorial.
La reforma establece la figura de copresidenta, con lo cual la dictadura le da legalidad al poder de facto que Murillo ha venido imponiendo; además, elimina los poderes del Estado y los convierte en una entidad bajo el mando de la Presidencia, y resuelve la sucesión dinástica, una vez que falle el dictador Daniel Ortega.
La República con independencia poderes que los nicaragüenses conocimos hasta 2007 ha quedado en el olvido para dar paso a un país llamado por la dictadura “socialista y revolucionario” con la bandera rojinegra del sanguinario FSLN como un símbolo nacional.
En 48 horas hemos sabido que Rosario Murillo asumiría el poder una vez falte Ortega, pero, además, que ella podrá nombrar a vicepresidentes. Con esto resuelve el traspaso de poder a Laureano Ortega, su favorito para sucederlos, a quien ya ha comenzado a codear con Rusia y China como un asesor de inversiones.
Murillo se convierte en la jefa suprema de las 4 fuerzas represoras con las que cuenta la dictadura, que además, trabajan coordinadas para mantenerlos en el poder: los paramilitares, el Ministerio del Interior, la Policía y el mismo Ejército, a quienes declaró “obedientes y no deliberantes”.
Sin embargo, esta canallada de la dictadura es una oportunidad para Nicaragua también. A partir de ahora se abren tres grandes retos:
1. Las distintas fuerzas opositoras, empresarios, sociedad civil, etc, deben trabajar unidos y diseñar una estrategia que conlleve a la caída de la dictadura y la lucha debe ser en diferentes frentes. Es momento de demostrar cuáles son los intereses que los mueven porque esto no es ya un asunto de liderazgos ni de movimientos políticos, es un asunto de nación. El país ha sido secuestrado.
2. La comunidad internacional debe convencerse de que la dictadura no entiende de paños tibios. Hay que apuntar a los pilares que sostienen a la dictadura, empezando con el Ejército, tratado con guantes de seda porque la comunidad internacional ha creído que podría jugar un papel importante en la reconstrucción democrática del país. Queda claro que eso no pasará. También hay que apuntar el sector exportador como el oro y otros productos.
3. Los medios de comunicación debemos hacer un sobre esfuerzo para seguir informando porque la ciudadanía merece información veraz, que la dictadura pretende esconder.
Y a eso nos comprometemos en Nicaragua Investiga a seguir haciendo periodismo y a contar a nuestra audiencia la caída inexorable de una de las peores dictaduras que la historia va a recordar.
Ante más dictadura, más periodismo. No existe otro camino.