Exiliados y desterrados de Nicaragua podrían ejercer el voto para elegir a sus representantes dentro de la oposición, para posteriormente iniciar acciones concretas para sacar a la dictadura Ortega-Murillo del poder, no sin antes priorizar la salida de los presos políticos.
“Yo considero que esta propuesta es crucial ahorita para Nicaragua. Consiste en una elección de un liderazgo colegiado, una cabeza política, una representación de la oposición en el exilio, electa bajo un proceso democrático sin distinción alguna”, refirió la exiliada opositora Irlanda Jerez.
Parafraseando una cita de José Martí de “solo fructifican en la paz las semillas que se siembran en la guerra”, agregó que en estos momentos tan difíciles para Nicaragua, se necesita que esta propuesta rinda buenos frutos para un país post dictadura.
“Esta propuesta lleva el sentimiento más puro y legítimo del pueblo de tener una cabeza política de los autoconvocados pero ahora de forma organizada, unificada y coherente a través de este liderazgo colegiado, que es el pueblo que lo seleccione”, añadió.
Por su parte, el exprecandidato presidencial Félix Maradiaga expuso en un reciente foro llamado “Serie de exposiciones de líderes latinoamericanos”, realizado en Washington, que para desmantelar la dictadura sandinista y fomentar la democracia, es fundamental que la comunidad internacional tome acciones decisivas y efectivas como sanciones políticas y económicas.
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«El primer y más importante objetivo es hacer que la comunidad internacional entienda que estos regímenes, al no ser democracias, no pueden ser tratados como tales. Esto implica que regímenes como el de Ortega-Murillo en Nicaragua no deben ser reconocidos como legítimos, ya que no son el resultado de elecciones libres. Es decir, deben ser aislados y deslegitimados”, apuntó Maradiaga.
Grupo de contacto
Subrayó que es importante el apoyo de la comunidad internacional a los grupos de oposición dentro y fuera de Nicaragua, y que esta misma debe de estar unida. «Esto implica tener una portavocía o un grupo colegiado bien definido que la comunidad internacional pueda reconocer como un punto de contacto. Además, se deben aprovechar los canales diplomáticos para aplicar presión sobre el régimen, obligándolos a liberar a los presos políticos y mantener los estándares de derechos humanos”, concluyó el activista.
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