Para el escultor nicaragüense Yeison Silva Fonseca dedicarse a fabricar prótesis en Costa Rica no estaba en los planes. El nuevo oficio llegó de manera inesperada para el migrante. El accidente automovilístico de un amigo lo motivó a trabajar de manera empírica en lo que fue su primera pieza.
«Un amigo perdió su pierna y no tenía recursos y me dijo: Yeison vos haces esculturas buenas, ¿por qué no me haces una prótesis?». Luego de pensarlo por un tiempo, el joven originario de Nicaragua decidió a trabajar en la prótesis pese a no tener experiencia.
«Yo me dije: una escultura todo mundo la admira, pero una prótesis le hará un cambio evidente a la persona. Imagínate a una persona tener un año sin caminar por no tener una prótesis», dijo Silva Fonseca, de 30 años, a la Voz de América.
Luego de trabajar su primera pieza prostética, Silva menciona que muchas personas quedaron sorprendidas por la calidad del trabajo, hasta que finalmente se convirtió en uno de sus principales trabajos. «Mucha gente le decía: ¡Wow, ¿quién te hizo esa prótesis?».
«Era una prótesis que no llevaba tubo expuesto. Son prótesis de acuerdo a la silueta de la persona. Altura, peso, forma, todo. Tratar de que la persona se sienta segura con lo que tiene» rememora Silva.
Silva Fonseca se mudó a la costarricense Liberia, una provincia fronteriza con Nicaragua, en el año 2000 junto a su madre y hermanos por razones familiares.
Agrega que desde pequeño sintió atracción por las pinturas y el arte. «Cuando estaba pequeño me gustaba ver canales donde emitían algún tipo de arte, luego en la escuela, con las competencias me fui perfeccionando con el tema en el arte».
Con el paso del tiempo, Silva comenzó a sentirse atraído por pintar cuadros y posteriormente eso le representó ingresos económicos para él. En una ocasión, ya viviendo en Costa Rica, rememora que un compañero de clases le sugirió ir a vender algunos cuadros que había pintado. Ese día se sorprendió porque vendió todas sus obras y le pagaron más de lo que pedía.
«Un amigo de clases me dijo que fuéramos a vender a un condominio y nos compraron todo. Aparte de hacer algo que me gusta, me produce plata, entonces dije aquí voy».
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Durante la pandemia Silva menciona que sus ingresos disminuyeron por la caída del turismo y comenzó a trabajar en algunos parques en trabajos de remodelación. Con el tiempo su trabajo fue reconocido.
Más que un trabajo, las prótesis son un aporte social
Silva menciona que el incidente de su amigo lo marcó tanto que luego sintió una gran motivación por realizar este tipo de trabajos, y más aún en personas de escasos recursos.
«La mayoría de personas que me contactan no tienen recursos, la mayoría de personas que requieren una prótesis deben estar asegurada en Costa Rica, así que hemos hecho rifas para ayudar a las personas. Nosotros vemos tanta necesidad para una prótesis y el Estado no se la puede dar. Imagínese», dice.
Joel Zúñiga, un costarricense de 44 años, buscó a Silva luego de haber perdido su pierna en un accidente de motocicleta. Los médicos intentaron durante múltiples operaciones que no perdiera su pierna, pero fue imposible, recuerda.
Afirma que algo clave para superar el trauma del accidente fue la prótesis fabricada por Silva Fonseca.
«Hay gente que se me queda viendo la pierna y me dice: lo felicito, no había visto algo tan original, esa es la idea».
De acuerdo con Silva Fonseca, las prótesis requieren revisión periódica. Él dice que atiende o revisa gratuitamente a las personas que lo buscan. «No importa si estoy ocupado. Lo hago», asegura.