La esterilización quirúrgica en Nicaragua puede realizarse en cualquier momento “a toda usuaria en edad fértil, que desee un método permanente y que voluntariamente lo solicite” según lo establece la propia ley. Sin embargo, muchas mujeres han denunciado que al momento de solicitar este procedimiento han recibido una serie de trabas por parte del personal de salud, impidiéndoles que sea llevado a cabo.
Entre las excusas más comunes que las mujeres reciben al momento de solicitarlo están los cuestionamientos con su edad pues “aún son muy jóvenes”, persuasiones relacionadas con la maternidad ya que “en un futuro pueden arrepentirse y querer más hijos”, e incluso se les pide que presenten una autorización del cónyuge exponiendo su consentimiento.
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La ginecóloga Scarleth Solís destaca que el hecho de que muchos de estos casos continúen presentándose se debe a los mitos que existen alrededor del tema. La especialista señala que existen muchos mitos tanto por parte de las pacientes como de la comunidad médica. Por lo que las trabas para acceder a las cirugías “tienen que ver con los mitos, con la desinformación, con que la interpretación de la normativa de planificación familiar a veces no la conocen o la interpretan de forma incorrecta”.
¿Qué dice la ley?
La ley establece que para que una mujer sea esterilizada necesita haber recibido consejería y firmado una autorización para efectuarse la cirugía. Entre los requisitos se establece que debe ser mujer mayor de 30 años, tener más de 3 hijos, presentar una condición médica que pone en riesgo su salud, o bien mujeres que desean un método altamente eficaz y permanente.
La Dra. Solís explica que este último punto es independiente del resto, por lo que no es necesario que una mujer tenga 30 años o 3 hijos para llevar a cabo la intervención quirúrgica. Pero muchas mujeres han señalado que, al momento de pedir la operación, se les dice que aún son demasiado jóvenes y que en el futuro podrían arrepentirse y desear tener hijos, incluso a aquellas jóvenes que ya tienen más de los tres hijos.
Tal es el caso de Karina Uriarte, quien tiene 21 años y una hija —la única que ha decidido concebir—, ella le pidió a su mamá tras el parto que les indicara a los médicos si podían esterilizarla o bien extenderle una cita para regresar nuevamente a efectuar el procedimiento, pero estos le dijeron que “esperara a su hija”. Tras el paso de tres días en el Hospital Alemán, Uriarte consultó personalmente en admisión cuál era el procedimiento a seguir, pero la respuesta que tuvo fue “acabas de dar a luz, deberías irte a tu casa”.
Inconforme con la respuesta, solicitó ayuda a uno de los médicos presentes, pero este le dijo “yo no puedo hacer nada, además estas joven podés tener dos hijos más si querés, total no creo que te cueste” con un tono sarcástico, según sostiene Uriarte. “Vivimos en un país donde no se pueden cumplir nuestros derechos, que si no tenemos la edad o suficientes hijos no nos pueden operar” denuncia la joven.
Solís asegura que “algunos profesionales de salud creen que es malo que se operen mujeres jóvenes cuando científicamente no se han comprobado que cause ningún problema de salud. Otras veces quieren imponerles a las pacientes sus propios conceptos (sobre todo aquellos asociados a que el rol de la mujer es ser madre y tener muchos hijos)” y destaca que “hay una falta de conocimiento en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres”.
Permiso del cónyuge
En el caso de “Isabela”, comparte que fue esterilizada a los 36 años de edad después de su segundo embarazo, y aunque ella no presentó ningún inconveniente para llevar a cabo el proceso por temas como la edad y cantidad de hijos, sí destaca que en el Hospital Militar le solicitaron que presentara una autorización de su cónyuge para poder ser operada.
Solís asegura que este procedimiento solo puede ser autorizado por una misma y en los hospitales no debería exigírseles la firma de nadie más, por ello destaca la importancia de que las mujeres estén al tanto de sus derechos. “No necesitan que nadie más autorice esa cirugía, la normativa es clara y las leyes del país son claras; sin embargo, sigue existiendo todavía mucho personal médico que para ponerle un ‘pero’ a la mujer le dicen que tiene que llegar a firmar la pareja, la mamá, un familiar, cuando eso es completamente falso, es una violación a los derechos de las mujeres al darles información engañosa”.
La experta sostiene que es un tema controversial pues muchas mujeres luego de operarse cambian de parecer “ya sea porque llegaron a tener mejores situaciones económicas o encontraron otra pareja”, muchas acuden a las unidades de salud a revertir la cirugía y por ello “mucho personal de salud considera que no es adecuado operar a las mujeres jóvenes porque cambian mucho de parecer”. Pero lo importante es que las mujeres conozcan sus derechos y denuncien cuando existan trabas que impidan que estos sean efectuados, sobre todo con requisitos que no están establecidos por la ley, al final cada mujer es la única capaz de decidir sobre si ejercer o no la maternidad, sea a la edad que sea.
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