Los asesinatos en los primeros meses del presente año volvieron a incrementarse en Nicaragua, de acuerdo a un informe dado a conocer este viernes por la socióloga y experta en temas de seguridad ciudadana, Elvira Cuadra.
El informe, titulado “Una espiral de violencia sostenida”, abarca los meses de enero a junio del 2021. Este refleja que se pasó de un promedio mensual 22 asesinatos en el 2020 a 25 casos por mes en el primer semestre del 2021, con un total de 153 casos.
“Los asesinatos en Nicaragua o la violencia letal en general muestra una tendencia sostenida y creciente en el tiempo, ese es el hallazgo principal”, aseguró Cuadra.
Managua entre los lugares más violentos
Las localidades con mayor incidencia de crímenes son los departamentos de Jinotega, Caribe Norte, Managua y Caribe Sur; mientras que a nivel de municipios destacan el triángulo del norte conformado por San José de Bocay, Wiwilí-Jinotega y El Cuá, y el municipio de Managua.
La violencia letal se mantiene tanto a nivel urbano como rural, con mayor incidencia en lo rural.
En relación a las víctimas, el 83% fueron hombres y el 16% mujeres. Se reporta una persona de la diversidad sexual entre las víctimas.
De acuerdo al informe, en estos crímenes la vinculación política que se pudo identificar es muy baja: apenas un 3.6%, con seis casos en específico, siendo las víctimas personas vinculadas con partidos políticos, con el movimiento cívico y con otras organizaciones de naturaleza social.
El rango de edad de los asesinados está entre los 20 y 40 años, representando más del 50% de las víctimas.
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Incrementó asesinatos perpetrados por grupos
En relación a los perpetradores de estos crímenes, “hay muy poca información”, destaca el informe. Sin embargo, los investigadores pudieron identificar que en el 98% de los casos se trató de hombres, y en un 3.2% hubo participación de mujeres.
Vale apuntar que en el 18.3% de los asesinatos participaron entre 2 y 10 perpetradores, mientras que en el 56.8% de casos participó solo una persona. “Aparentemente, y esto tenemos que seguirlo observando, se incrementaron los asesinatos cometidos por grupos, en relación a los años anteriores”, indicó Cuadra.
Según el informe, en 5 de los casos “se logró establecer o se menciona que los perpetradores tenían algún tipo de vinculación política, dos de ellos relacionados con policías y tres personas que se mencionan tenían otro tipo de vinculación política sin especificar claramente con quién estaban vinculados”.
Alta incidencia de armas de fuego
Las armas empleadas en los crímenes fueron armas blancas con un 45.8%, armas de fuego con un 37.3% 11.8% otro tipo de armas (garrotes, etc) y en un 5% de los casos no se pudo identificar el tipo de arma utilizada.
Los investigadores determinaron que en los crímenes cometidos hubo saña y un nivel alto de violencia.
“Se mantiene el nivel de violencia empleado porque las personas que fueron asesinadas con armas de fuego, en un número importante, recibieron múltiples disparos, y las personas que fueron asesinadas con armas blancas también recibieron múltiples heridas”, explicó Cuadra.
En relación a las motivaciones, en un 31.4% no se supo determinar y un 47.1% se engloba en la categoría OTRAS, correspondiendo a riñas, pleitos, etc. Un 13.7% de los casos correspondieron a violencia de género y un 7.8% derivados de asaltos o robos.
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Policía mantiene índice de homicidio
El informe subraya que según datos de la misma Policía Nacional, el índice de homicidio por cada 100 mil habitante está en 8 desde el 2019, aunque es evidente que en el 2018 esto se incrementó (Registros de la Policía indican que ese año fue de 11 por cada 100 mil habitantes).
También en base a anuarios de la Policía, no hay una presencia alta de armas de fuego en los distintos tipos de delitos, aunque sí en delitos como asesinatos, homicidios, asaltos o robos con intimidación y en el caso de los femicidios.
Violencia política
Elvira Cuadra explicó que esta espiral de violencia está enmarcada en el contexto electoral, la prolongación de la crisis sociopolítica, el rebrote de la pandemia de COVID-19 y la escalada de represión gubernamental, con una nueva fase de represión selectiva, y también con un nuevo marco jurídico de leyes represivas aprobadas entre finales del 2020 e inicios del 2021.
Señaló que los principales blancos de la nueva escalada de violencia gubernamental son los precandidatos opositores, los líderes políticos, los medios de comunicación y periodistas independientes, los defensores de derechos humanos, las organizaciones a las que se les ha cancelado su personería jurídica, los médicos y excarcelados.
Consecuencia de este contexto de violencia política “es la nueva ola de exiliados”, manifestó.
Refirió que si bien la violencia política va dirigida a una lista de personas seleccionadas, en el caso de la pandemia es una política amplia y generalizada de castigo y violencia hacia la población.
Todos estos factores han incidido también en el incremento de la percepción de inseguridad ciudadana, lo cual se ve reflejado en encuestas, redes sociales y expresiones de la ciudadanía, a pesar del silenciamiento derivado de Ley de Ciberdelitos.
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