Con la llegada de la temporada navideña, también llega la temporada alta en muchos negocios de Nicaragua en donde se revitaliza la economía de los hogares nicaragüenses.
Es una época en que muchos nicaragüenses que viven en Costa Rica aprovechan sus vacaciones para llegar al país y reencontrarse con sus familiares. Generalmente el mayor flujo de entrada y salida de los coterráneos se realiza por la frontera sur, en Peñas Blancas, y durante el fin de año los comercios aledaños a este puesto fronterizo se benefician con el movimiento masivo de viajeros
No obstante este año, el gobierno mandó a cerrar a lo largo de kilómetros cualquier brecha por donde puedan entrar los nicaragüenses que optan por regresar al país en estas fechas solo con su cédula de identificación en mano. Esta situación perjudica no solo a los negocios como las tiendas de ropa, zapatos y comiderías, sino al transporte público, taxistas y los llamados “maleteros”, quienes a cambio de dinero acarrean las valijas y bultos de los viajeros que entran o van de salida del país. Esta luz de esperanza para la economía familiar se tornó gris por el poco flujo de personas que circula ahora.
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Golpe al bolsillo de los negocios
A esta situación se le suma el hecho que los comerciantes que tenían sus tramos fueron removidos de sus lugares por la remodelación de la carretera Panamericana, mientras la municipalidad sandinista de Peñas Blancas les ofreció alquilarles unos nuevos módulos que se construyeron bastante lejos del puesto de Migración.
A estos nuevos edificios no tuvo acceso don Plácido Gutiérrez por falta de dinero, por lo que ahora decidió vender de forma ambulante.
“Esta situación está mal, aquí ya no se puede vivir. Yo vendí once años adentro (más cerca de Migración), ahí vendí agua helada, chicha y gaseosa, ahora ando vendiendo verdura en una camioneta con un amigo, para poder sobrevivir. Yo no tomé un módulo nuevo porque no tengo la capacidad monetaria. El paso de la gente por la frontera es bajo, otro factor es la economía, si no hay economía mucha gente no viaja. Yo soy sandinista, pero no danielista y esta situación no es de gobierno, el problema aquí es que no hay dinero”, recalcó el comerciante.
“Maleteros” la están pasando feo
Sentado sobre una cuneta y sosteniéndose el mentón, se encontraba el “maletero” Carlos Obando junto con otros compañeros de trabajo. Cuenta que desde hace muchos años se dedica a cargar maletas de los coterráneos que llegan o salen del país por veredas y que en estos tiempos recogía una buena suma de dinero todos los días por la temporada alta de Navidad y cierre de año, pero en este 2021 cuando el Gobierno no ha permitido el paso de muchos migrantes, el negocio se vino a pique.
“Por cada acarreo yo cobraba unos 150 pesos y en un día me llevaba a mi casa hasta 700 córdobas, pero ahora estamos ‘palmados’, porque la gente no está entrando por esta zona que le resulta más cerca de los buses y más barato. A veces tenemos que movernos largo a puestos ciegos por donde la gente está saliendo para poder ganarnos algo. Ojalá que pronto se pueda permitir la entrada por esta zona, aunque sea el 24 o el 31 (de diciembre) porque aquí incluso muchos negocios están perdiendo”, sostuvo Obando.
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Algunos comerciantes consultados aseguran que es peligroso para los nicaragüenses que deciden venirse ilegal por otra zona, por la delincuencia, incluso más caro, porque por otras veredas “tiene que pagar al coyote, mototaxi, taxi, más el pasaje del bus, vienen redondeando unos cincuenta mil colones (unos 80 dólares), mientras que por esta parte solo gastan unos diez mil colones (17 dólares) por solo la pasada. Aquí todos los negocios han quebrado por la falta de gente que pasaba por este puesto, sería bueno que el gobierno se ponga un poco flexible con esta situación para que todos ganemos”, dijo escuetamente una comerciante que no se quiso identificar.
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