El 10 de enero del 2022, Daniel Ortega asumirá la Presidencia de Nicaragua por otros cinco años más, pero al contrario de los 15 años en que se ha mantenido de manera continua en el poder desde el 2007, en esta ocasión lo hará repudiado por la inmensa mayoría de nicaragüenses (Un 81.5% de los ciudadanos no votaron el 7 de noviembre) y con el desconocimiento de la comunidad internacional.
Las principales democracias del mundo y organizaciones con la Unión Europa y la Organización de Estados Americanos (OEA), califican de ilegítimas las votaciones.
El desconocimiento de Ortega ha llevado a niveles tales que se le compara incluso a Nicolás Maduro, el dictador Venezolano, quien se mantiene en el poder sin el apoyo del pueblo, ni de la comunidad internacional. A Maduro, la oposición incluso lo llama “usurpador”.
Medios de comunicación de los hijos de Ortega se oxigenan con fondos del BID
El 14 de diciembre en el Parlamento Europeo, no solo se desconoció la legitimidad de las votaciones del 7 de noviembre en Nicaragua, sino que también se llamó “usurpadores” a Daniel Ortega y a Rosario Murillo.
“Los actuales mandatarios no son ya los gobernantes legítimos del país, son usurpadores que merecen ser tratados como tales, sancionados y desposeídos del rendimiento económico de sus prácticas corruptas e investigados por sus políticas represivas en el marco del Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas”, dijo la eurodiputada, Izaskun Bilbao Barandica.
Para Estados Unidos la reelección de Ortega fue una farsa y así lo dejó claro el presidente Joe Biden un día después, al asegurar que usará «todas las herramientas diplomáticas y económicas» a su disposición para presionar el régimen sandinista. Fue “pantomima ni libre, ni justa, y ciertamente, no democrática”, manifestó Biden.
En la OEA, el panorama también de Ortega tampoco es muy halagüeño. “Rechazamos los resultados de las elecciones ilegítimas en Nicaragua», dijo el Secretario general Luis Almagro, poco después de anunciarse los resultados.
En este organismo, el 14 de noviembre 25 países aprobaron una resolución afirmando que las votaciones no fueron legítimas y demandando la libertad de los presos políticos. Hubo una abstención (la de Nicaragua) y siete abstenciones. Pocos días después, Ortega anunció que retiraba a Nicaragua de ese organismo. El proceso dura dos años.
Los expertos han señalado que con eso Ortega lo que estaría es aislando más al país. “Nicaragua se aísla como un paria de los países miembros de la Organización de Estados Americanos, que son todos los demás países del continente americano, desde Canadá hasta Argentina y Chile”, advirtió en esa ocasión el analista político y exembajador de Nicaragua ante la OEA, Edgard Parrales, de 79 años, quien hoy es uno de los más de 170 presos políticos del régimen sandinista.
Cambios en América Latina
Dentro de la OEA, hay países que no se atreven a votar a favor de las resoluciones contra Ortega. Se trata de países como Argentina y México. Estos se abstienen y han emitido críticas a la represión en Nicaragua, lo que a su vez ha originado la aireada respuesta de los Ortega – Murillo.
Otros países que pese a ser “amigos” de Ortega también se abstienen son Bolivia y Honduras. La cancillería de Bolivia, incluso felicitó la reelección de Ortega, y por tanto se espera lo reconozca.
Pero, en la región existe un viraje hacia la izquierda. Recientemente en Chile ganó el izquierdista, Gabriel Boric. Durante la campaña este repudió a los regímenes de Nicolás Maduro y Daniel Ortega. Uno de los partidos que integran la alianza de Boric es el Partido Comunista de Chile, el cual es un firme defensor de ambos dictadores.
En Honduras también ha ganado las elecciones Xiomara Castro. A diferencia del presidente actual, Juan Orlando Hernández, Castro es de izquierda. Cuando su esposo Manuel Zelaya gobernó Honduras incluso se adhirió al ALBA. ¿El gobierno de Castro seguirá la práctica de Hernández o se volcará en apoyo directo a Ortega?
En octubre del 2022 habrá elecciones en Brasil. El favorito es el expresidente, Lula da Silva. Este ha criticado a Ortega, sin embargo, también ha defendido el “derecho” de este a reelegirse. “No puedo juzgar lo que ha pasado en Nicaragua. Si (el presidente Daniel) Ortega detiene a los líderes de la oposición para que no se presenten en las elecciones, igual que hicieron contra mí, está completamente equivocado”, dijo al diario El País en noviembre pasado, aunque también se cuestionó el “¿Por qué Angela Merkel puede estar 16 años en el poder y Daniel Ortega no?”. Por el momento, el gobierno del derechista Bolsonaro se mantiene firme en sus condenas al régimen sandinista.
Otros prominentes sandinistas caídos en desgracia ante Ortega en los últimos 15 años
Sanciones no representan amenaza existencial
Con este panorama, en el 2022 Ortega lo único que tiene seguro es el apoyo firme de las dictaduras de Venezuela, Cuba, China, Irán y Rusia.
El analista político Óscar René Vargas, señala que ni la Ley Renacer, aprobada en noviembre del 2021, ni la última Resolución de la Unión Europea (diciembre 2021) “tienen amenazas concretas existenciales ni mellan la férrea institucionalidad de la dictadura”.
“A Ortega nada lo hará cambiar de estrategia de no ceder mientras no vea que las sanciones debiliten sus pilares de sostenimiento, su estrategia seguirá siendo ganar tiempo y perpetuarse en el poder ante las sanciones inocuas y la oposición real sin estrategia”, advierte.
En cuanto a su acercamiento a China y Rusia, Vargas asegura que Ortega “marca muchos de sus movimientos diplomáticos con la voluntad de insertarse como un peón en el tablero geopolítico global”.
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