Bajo la conmoción y zozobra se encuentran los habitantes de una pequeña localidad en San Juan de La Concepción, conocida como «La Concha», en Masaya, luego que tres amigos se quitaran la vida en menos de dos semanas y otro intentara suicidarse; pero fue impedido. Este último después intentó cortarse las venas y ahora está siendo atendido en un hospital de la localidad.
De acuerdo con el relato de varias personas, que por separado coinciden en la misma versión, los jóvenes solían reunirse para jugar entre ellos, en un lugar clandestino donde aprovechaban en ocasiones a consumir licor. El sitio que frecuentaban para el encuentro era una pileta que se encuentra a más de un kilómetro de la Parroquia San Juan Bautista, ubicada en San Juan.
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Las personas de la localidad mencionaron que los jóvenes que han sufrido el trágico final, eran amigos o estaban vinculados entre sí.
El primer muerto
El primer deceso ocurrido fue del joven llamado Danilo. Este falleció la madrugada del domingo 9 de enero cuando viajaba a exceso de velocidad, sobre la Carretera La Concepción-Ticuantepe. Los testigos refirieron que conducía en estado de ebriedad; lo que provocó que terminara estrellándose en la parte trasera de un camión.
Los pobladores hicieron lo posible por ayudar al joven, pero murió de forma instantánea. Danilo tenía 27 años.
Segunda muerte
Junior Ortiz, de 23 años, era sordomudo, pero eso no le impedía salir a divertirse con sus amigos. La tarde del domingo 9 de enero, el joven estaba en el bar La Primavera, en La Concha. Su madre, Sandra Ortiz, llegó al local a tratar de convencerlo que se regresara a la casa. Ella relató que no reconoció la mirada de su hijo en ese momento y asegura que era una persona desconocida.
«Cuando yo llegué, él salió y le dije que mejor se comprara ropa, que no gastara su dinero en guaro. Él andaba un vaso con cerveza y me lo tiró. Me dijo que no me preocupara que ya iba a descansar, que se iba a ahorcar. Él nunca me había dicho cosas como las que me dijo ese día”, relató Nicaragua Investiga la madre doliente.
A eso de las nueve de la noche del mismo domingo, Sandra intentó por segunda ocasión llevar a su hijo a casa; sin embargo, no fue hasta una hora después que accedió a regresar, cuando lo sacaron del bar. Junior y su madre se trasladaron hasta la vivienda que están construyendo para mudarse. La madre se rindió al sueño mientras cuidaba a su hijo, por temor a la advertencia de ahorcarse.
La madrugada del lunes, cuando despertó sobresaltada buscando a Junior, lo vio a lo lejos. «Yo me levanto y veo a mi hijo que estaba de pie, yo supuestamente lo vi así; pero qué va a ser, ya mi hijo estaba muerto», detalló. Lo que ella vio fue el cuerpo de su hijo colgando del cuello por una soga amarrada a un árbol.
Tercera muerte y otro intenta suicidarse
Tras esta muerte ocurrieron dos más. Al día siguiente, un joven llamado Brayan, que conocía a Junior Ortiz, asistió a la vela y luego tomó la misma decisión de terminar con su vida. El jueves de esa misma semana, otra persona identificada como Jeick Ortiz también se suicidó. Este tenía tres hijos. Los familiares no han querido brindar declaraciones sobre lo ocurrido por lo que se desconoce si existe alguna relación en los hechos.
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Luego de estos acontecimientos, un quinto joven del que no se logró confirmar su identidad, también se pretendió suicidar, pero no lo logró. El intento por quitarse la vida fue impedido por un poblador que advertido de los recientes hechos que ocurrieron, decidió seguirlo. Minutos después el joven quiso ahorcarse con su camiseta de un árbol, pero no lo logró gracias a esta persona que le siguió el paso.
Cuando su familia se enteró que intentó quitarse la vida, decidió mantener bajo estricto cuidado al joven, pero en una distracción se cortó las venas. Afortunadamente, sus familiares lograron trasladarlo con éxito al Hospitalito Alejandro Calero, ubicado en La Concepción.
Realizan actividades religiosas en la comunidad
El sector Pedro Joaquín Chamorro de San Juan, de La Concepción está habitado por alrededor de 1,500 personas, quienes están consternadas por los hechos que han sucedido en torno a este grupo de amigos. Varios suicidios que están vinculados entre sí, dicen que no es una casualidad.
Según información que este medio de comunicación logró constatar, son varias las personas las que ya han llegado a la Parroquia San Juan Bautista, que administra el sacerdote Melvin Gutiérrez.
El caso ha llegado hasta los oídos del Cardenal Leopoldo Brenes, quien presuntamente habría autorizado al sacerdote a sacar al Santísimo para bendecir las calles de San Juan y realizar otras actividades religiosas, según relatan los pobladores que se encuentran bajo la histeria colectiva.
Personas cercanas a la parroquia relataron que el jueves de la semana pasada, durante el recorrido, el presbítero bendijo las casas de las personas que han muerto por suicidio, y también los lugares donde han fallecido. Nicaragua Investiga trató de comunicarse con el padre Melvin Gutiérrez para tener más información al respecto; pero no respondió nuestras llamadas telefónicas.
¿Qué dicen los expertos?
El psicólogo Óscar Pérez, explicó a este medio de comunicación que podría tratarse de algún tipo de histeria colectiva que es un fenómeno psicológico que afecta a toda una masa poblacional en específico, cuyas características son los síntomas de ansiedad, estrés, tristeza y miedo. Además, es una reacción psicológica normal y que actúa de manera de defensa ante un evento.
“Hay una respuesta primaria de una persona y podrían tomarse como casos de histeria colectiva donde se asocian un estado psicológico en algo que pasó en diferentes personas: todos viven lo mismo como euforia, alegría, emoción”, agrega el psicólogo.
El experto señala que una persona tiene que construir su criterio frente a las diferentes problemáticas y antecedentes. “Cuando uno se conoce y tiene un nivel de introspección tal donde te puede afectar, los factores sociales que puedan incidir, le van a servir como un sistema de defensa”, aconseja.
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En caso religioso o social
El psicólogo destaca que si es un tema religioso y la persona no ha llegado a un punto de introspección, pues debe acudir a la parte religiosa, la cual tiene que ayudar a procesar la información de una manera adecuada.
“Si es un tema social, acudir a un experto en la parte social. Lo ideal es acudir a un experto para que lleve ese seguimiento. La parte psicológica es muy importante. Nosotros trabajamos la parte emocional y la deconstrucción de ciertos conceptos, pero se necesita todo un proceso terapéutico”, indica.
Explica que no es esencialmente ir donde el psicólogo, sino acudir con una persona de confianza con quien se sienta más adecuado para tratar de estabilizarse emocionalmente. Pero luego queda a decisión de las personas, “establecer un proceso psicoterapéutico que es totalmente recomendado para la regulación de emociones”.
Trauma
Pérez refiere que lo sucedido en la comunidad podría ser considerado un trauma que se traduce en diferentes afectaciones psicológicas, y que podrían llevar hasta el suicidio. El trauma necesita un abordaje en atención en crisis.
“Las personas pasaron las primeras 72 horas que debe iniciarse los primeros auxilios psicológicos, que le permita tener un espacio de escucha empática y de procesamiento emocional para quitar secuelas después de un impacto traumático”.
Pero luego de este tiempo, se requiere un proceso de intervención en crisis. “Es decir, que un especialista en psicología con experiencia, pueda abordar esta parte traumática con la escucha empática con otras herramientas psicoterapéuticas importantes, y puedan en ese proceso abordar el trauma, desahogarlo y usar ciertas técnicas para poder estabilizar las secuelas”.
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