Entre lágrimas y con la voz entrecortada, Mariana de los Ángeles Aguirre Velásquez, de 27 años de edad, aún recuerda la trágica noche en que su hijo Jorge David Sánchez Aguirre, de 8 años de edad y quien soñaba con ser un chef, sufrió un accidente automovilístico que casi le cuesta la vida y lo dejó en estado vegetativo.
A pesar que los médicos no le daban muchas probabilidades de supervivencia, debido a los daños que ocasionó el accidente a su cerebro, la joven madre nunca perdió las esperanzas de que un día su hijo saldría con vida de ese hospital y lograría su sueño de ser un cocinero profesional.
Fueron 10 días los que pasó en estado de coma y aproximadamente un mes y medio estuvo intubado. Para Mariana, las horas y los días se le hicieron eternos a la afuera del hospital mientras esperaba el diagnóstico médico. Solo le permitían verlo dos veces al día; 2 de la tarde y 7 de la noche.
“Es un niño muy fuerte. Los doctores me decían: “vos sabes que él está grave, en cualquier momento yo te digo trae la caja” porque tenía tan inflamado el cerebro que no despertaba”, relata la joven madre.
Según Mariana, Jorge David siempre fue un niño “muy sano”, creció en una familia cristiana, en un hogar con muchas limitaciones económicas, pero lleno de amor. Cuando cumplió dos años de edad, su padre lo abandonó, desde entonces ella asumió el liderazgo de su pequeña familia y trabajó para que no le faltara la comida.
El niño siempre soñó con construirle una “casa grande” a su abuela Juana Pérez, una señora de 57 años de edad, y a quien consideró su segunda madre. Las condiciones económicas hicieron que nunca tuviera en sus manos su juguete preferido, el Rayo Mcqueen, un famoso carro de carreras de la película “Cars” de Disney Pixar, sin embargo, se las ingeniaba recortando la imagen del carro cuando aparecía impreso en algún periódico o caja y se divertía con eso.
Entre juegos infantiles con sus hermanas Ereyda Aguirre, de 7 años de edad, y Yasohara Aguirre, de 2 años de edad, Jorge David descubrió su pasión por la cocina. Él decía; “cuando sea grande voy a ser un chef”, y afirmaba que cuando trabajara le construiría una casa de dos pisos a su abuela, relata su madre.
El año pasado, el niño inició su segundo grado de primaria en el colegio San Pedro Apóstol en la comunidad que lleva el mismo nombre en el municipio de Ticuantepe, y donde todos los días llegaba junto a su hermana Ereyda, quien cursa el primer grado de primaria. Ambos salían acompañados de su abuela rumbo a la escuela.
“Primero iba a clases, después se ponía a ver sus dibujos animados en la televisión; con sus hermanas y sus vecinos jugaban a la cocina, pues él decía que era un chef, que cuando fuera grande sería un chef”, relata la joven madre quien todos los días salía a las 4 de la mañana rumbo a la capital donde trabajaba como vendedora de café y pan para llevar el sustento a su hogar.
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A pesar que las posibilidades de Jorge David de cumplir sus sueños se han truncado por su actual condición de salud, su fuerza por aferrarse a la vida sigue dando muestras de su carácter decidido.
“Como madre no he perdido la esperanza de que él se va a levantar de esa cama”, exclama Mariana mientras carga entre sus brazos a Jorge David.
¿Cómo ocurrió el accidente?
Mariana nunca imaginó que su situación económica empeoraría luego del accidente que sufrió su hijo mayor, quien ahora necesita de mayores cuidados en su casa. Todo sucedió la noche del 7 de julio, cuando doña Juana decide salir junto a Jorge David en busca de una “ropa ajena” para lavarla al día siguiente, y de esa manera ayudar a su hija con los gastos de la comida.
Aunque el camino era corto, los riesgos incrementaban al cruzar la carretera a Masaya en horarios de mayor tráfico. Cuando doña Juana y Jorge David intentaban cruzar la calle para volver a su casa, un carro atropelló al menor quien golpeó su cabeza en la cuneta.
Doña Juana corrió en auxilio a su nieto, quien quedó en estado inconsciente por el fuerte impacto. Un equipo de bomberos se encargó de trasladar de emergencia al niño al Hospital Infantil Manuel de Jesus Rivera La Mascota, en Managua, donde fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
“Me vinieron a dar la noticia de que lo habían accidentado pero jamás me imaginé que fuese tan trágico”, relata Mariana, y agregó que según las autoridades policiales el conductor no tiene culpa, pues se trató de imprudencia peatonal.
Casi dos meses después del accidente, Jorge David “milagrosamente” salió de UCI hacia una sala en observación, los médicos muy sorprendidos por su recuperación indicaron que su estado de inconsciencia completa con cierta apertura de ojos y períodos de vigilia y sueño sería de por vida.
“Los médicos dicen que está en estado vegetativo y que él no va a volver a caminar ni hablar. Tiene una traqueotomía, tiene una sonda por la cual se alimenta, y dicen que eso es para una eternidad”, explica Mariana.
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Cuando los médicos lo dieron de alta en noviembre de 2021, un tío de Mariana ofreció un cuarto de su casa para el niño, debido a que la pequeña casa de la joven madre no reúne las condiciones para cuidar a Jorge David en el estado en que se encuentra.
Vecinos, amigos y familiares se han unido en apoyo a esta familia de bajos recursos económicos. Actualmente, Jorge David necesita pañales desechables de adulto talla M, leche, toallas húmedas, agua purificada, verduras, frutas, y medicinas.
“Suplico a las personas de buen corazón para que le regalen algo al niño, pues no en grandeza, pero sí lo que esté en su corazón. Nosotros somos de bajos recursos económicos, y su mamá era el sustento de la casa y ahora ya no puede salir. Yo soy una persona vieja”, apela doña Juana. Para ayudar a Jorge David y su familia, puede hacer llegar su donativo hasta su casa de habitación en el km17 carretera a Masaya, o bien, puede comunicarse con Mariana al número 8762 1331.
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