En una silla de ruedas especial para niños con discapacidad aún permanece sentado Elías Moisés, de 8 años de edad, y con discapacidad motora, quien desde los quince días de nacido fue adoptado por una anciana tras ser abandonado y rechazado por sus progenitores.
Doña Victoria Mercado, de 72 años de dad, adoptó al menor pese a sus escasas condiciones económicas, y en casi una década se convirtió en una madre, una amiga, una compañía y hasta en un médico que siempre respondió a la enfermedad de «Moi», como ella lo llamaba.
A inicios de este año, doña Victoria pudo disfrutar de una casa nueva donde pudo cuidar y vivir en mejores condiciones junto a Elías Moisés, pues su antigua morada construida desde hace 15 años con troncos de madera, láminas de zinc parchadas y plástico negro, se encontraba a punto de colapsar.
«Me siento muy feliz», fueron algunas de las expresiones de la anciana al ver su nueva casa construida con el apoyo de muchas personas que se unieron a la campaña que lideró la periodista nicaragüense Elba Ileana Molina.
Sin embargo, su alegría duró muy poco tiempo. El pasado domingo 13 de febrero, la noticia de que doña Victoria había fallecido en horas de la mañana circuló en todas las redes sociales. La conmoción por su muerte no se hizo esperar, pues Elías Moisés nuevamente quedó en la orfandad.
Anciana de escasos recursos adopta a niño con discapacidad
Eveling Pavón, originaria de San Marcos, dijo en entrevista a este medio que tras la muerte de la anciana el niño quedó bajo la responsabilidad de un hijo menor de doña Victoria. Según informaciones, Elías Moisés ahora vive con Fredy y Cristiana, su esposa, siempre en casa de doña Victoria.
«Ahora lo tienen ellos, pero siempre lo llego a visitar para estar al pendiente», relató Eveling quien en poco tiempo se acercó a la anciana para ayudarla, y con quien fortaleció una amistad para apoyarla en los cuidados de Elías Moisés.
Doña Victoria y su estrecha amistad con Eveling
De acuerdo a declaraciones de Eveling, en más de una ocasión doña Victoria confió a su hijo en sus manos mientras ella salía en busca de ayuda que le mandaban.
Días antes de su muerte, la anciana le pidió a Eveling -quien la visitaba en ese momento- que se quedara con el niño para poder viajar a Jinotepe en busca de un dinero que le regalaron. Ella accedió muy contenta y decidió llevarse al menor a su casa. En horas de la noche Eveling decidió volver donde doña Victoria a quien la encontró sentada en el porche de su casita esperando a su hijo.
«Ella estaba muy bien; le entregué al niño, la abracé y me fui», recuerda Eveling.
Al igual que muchos, a Eveling también le sorprendió la muerte de la anciana. Ella recuerda que la última vez que cuidó a Elías Moisés fue después del entierro de doña Victoria, pues decidió llevárselo a su casa al ver que nadie podía estar a su cargo. Horas muy tempranas del día siguiente, el hijo menor de la anciana -a quien nunca había visto- llegó en busca del menor y se lo llevó.
«Yo les digo que lo cuiden», manifiesta Eveling.
Como medio responsable intentamos comunicarnos con este matrimonio para conocer la situación del niño, pero no respondieron a nuestras llamadas telefónicas.
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