¿Por qué países como EEUU mantienen embajadores en Nicaragua, pese a no reconocer reelección de Ortega?

El 7 de noviembre del 2021 Daniel Ortega se reeligió una vez más en la presidencia de Nicaragua tras unas votaciones catalogadas como una “farsa” por la oposición y gran parte de la comunidad internacional. Han pasado cinco meses y la respuesta de Estados Unidos y Europa han sido condenas, sanciones y llamados al cese de la represión y la libertad de los presos políticos.

En las últimas semanas el régimen hasta ha profundizado adrede la crisis diplomática expulsando al embajador de Colombia, Alfredo Rangel; al embajador del Vaticano, Waldemar Sommertag; y retirando a su embajador en España, Carlos Midence, a quien lo nombró embajador en Argentina. Ortega incluso no permite desde el año pasado el retorno a Nicaragua de la embajadora de España, María del Mar Fernández.

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Ante ello, muchos opositores y ciudadanos se preguntan el porqué EEUU, Europa y otros países de la región que no reconocen los resultados de las votaciones siguen manteniendo embajadores en Nicaragua.

Una de las organizaciones que pide mayor firmeza al respecto es Nicaragüenses en el mundo. Haydée Castillo, integrante de esta organización, recuerda que como parte de la lucha cívica y pacífico, ellos vienen señalando «la importancia del aislamiento no solo económico sino también diplomático del régimen Ortega Murillo».

«Nosotros junto a muchísimas otras organizaciones de la diáspora y del exilio demandamos a los diferentes países que tienen relaciones diplomáticas con el régimen que al menos deberían de retirar o reducir la cantidad del cuerpo diplomático en Nicaragua; a lo mejor dejar solo a sus encargados de negocios, pero dar una muestra de como una resolución del ámbito político redunda y se convierte en acciones concretas como es retirar a los embajadores plenipotenciarios de sus países de Nicaragua», expresó.

Castillo asegura que están conscientes de que los Estados quieren «estar documentando in situ las violaciones a derechos humanos», pero que «eso bien podrían hacerlo con un personal reducido de sus embajadas».

Canales de comunicación

Romper relaciones diplomáticas es una decisión mayor en política exterior y en el caso de la crisis de Nicaragua, tanto Estados Unidos como Europa han insistido en que se busca una solución a la crisis a través del diálogo entre el régimen y la oposición.

Un exfuncionario del gobierno de Violeta Barrios explicó al ser consultado que la razón del porqué no se han roto relaciones diplomáticas pese a que se tacha de «farsa» la reelección de Ortega se debe a que «siempre hay que tener canales de comunicación».

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En los mismos términos se expresa Tiziano Breda, analista para Centroamérica de Crisis Group. «Se mantienen embajadores con el fin de mantener determinadas líneas de comunicación abiertas por si el gobierno quisiera tomarlas, osea, para no cerrar completamente la posibilidad del espacio de una conversación, de una interacción de alto nivel», explica.

Para el especialista, «el retiro de todos los embajadores no tendría un impacto de apertura de parte del gobierno sino más bien dificultaría el acceso a información de cierto nivel para las capitales y no abonaría a buscar acercamientos diplomáticos a la hora de que tuviese que haber las condiciones».