El régimen de Daniel Ortega, mediante la vocera y vicepresidente, Rosario Murillo, anunció que el Gobierno «está atento» a la alerta de huracán que hasta ahora es un disturbio tropical a 1,440 kilómetros, al este del arco de las Antillanas Menores.
Murillo informó que Marcio Benito Baca Salazar, director de Meteorología de INETER (Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales), dijo que han «venido alcanzando en reuniones desde las alcaldías», para que el supuesto huracán «impacte lo menos posible».
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Lumberto Campbell, delegado presidencial para las regiones del Caribe norte y sur, y autoridades del Sinapred (Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres), se reunieron con los comités municipales de la Laguna de Perlas, Bilwi y el Triángulo Minero, para estar preparados ante la amenaza de huracán que entrará por la Costa Caribe.
El 27 de junio, a las nueve de la mañana, el disturbio tropical se fortaleció, moviéndose a 28 km por hora, con rumbo al oeste, 70 por ciento de probabilidad de ser depresión tropical en las próximas 48 horas y un 90 por ciento para los próximos 5 días, según registros.
Según pronósticos, se presume que el huracán será de intensidad 1 o 2, dado que las condiciones atmosféricas son favorables para el fortalecimiento de un fenómeno de esa magnitud.
De mantener la intensidad, se pronostica que el huracán impacte con la Costa Caribe durante la noche del viernes o la madrugada del sábado.
Nicaragua Investiga
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