Un día después de que las monjas Misioneras de la Caridad salieron expulsadas de Nicaragua con rumbo hacia Costa Rica, el régimen de Daniel Ortega anunció la apertura en Granada de un centro para atender a niños y a adolescentes.
En Granada precisamente las misioneras tenían centros de ese tipo. Por ejemplo, administraban una guardería, una casa-hogar para adolescentes víctimas de abusos o abandono y un hogar de ancianos.
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«En Granada estamos por anunciar también la apertura de un nuevo centro donde se trabajará para servir a los niños, para servir a los jóvenes y adolescentes, y para seguir atendiendo en valores e ideales, desde nuestra cultura de familia y comunidad, de hermandad solidaria y cristiana», anunció Rosario Murillo el día jueves.
Murillo, cuyo régimen no solo expulsó a las Misioneras de la Caridad sino que ha eliminado las personerías jurídicas a decenas de organizaciones religiosas y no religiosas que trabajaban apoyando a los más necesitados, aseguró que el centro en Granada «es un proyecto cristiano, socialista y solidario» y que ellos lo hacen «en nombre de Cristo Jesús».
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La vocera del régimen no aclaró si el centro se ubicará en las mismas instalaciones que eran propiedad de las Misioneras de la Caridad. Hay que recordar que tras las cancelaciones de personerías jurídicas a Organismos No Gubernamentales (ONG), en muchos casos esos bienes han sido transferidos a instituciones del Estado y reinaugurados como nuevos proyectos de gobierno.
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