En el más reciente informe del Banco Central de Nicaragua, indica que el país alcanza un saldo de deuda externa de 14,481.6 millones de dólares. Una cifra que supera en $467.9 millones, los $14,013.7 millones que el Poducto Interno Bruto (PIB) alcanzó en 2021.
Es decir, la deuda del país es muchísimo mayor de lo que puede producir a lo largo de un año.
Según el BCN “la deuda ha crecido un 0.7 por ciento (US$103.4 millones) con respecto a 2021 (US$14,378.2 millones)”. En cuanto a la distribución de la deuda externa, es el Estado el que más solicita créditos a las instituciones internacionales.
“El saldo fue de 14,481.6 millones de dólares, de los cuales 54.4 por ciento (US$7,876.4 millones) corresponden al sector público y 45.6 por ciento (US$6,605.2 millones) al sector privado”, indica el Banco Central de Nicaragua.
La importancia de los préstamos en la economía
Los créditos no son malos cuando se utilizan para impulsar proyectos que contribuyen al desarrollo de la nación y de los que se espera una retribución futura a través de mayor productividad; en el caso de Nicaragua, según un economista que pidió anonimato, es que no hay transparencia para poder saber qué se hace con todo ese dinero.
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“Mucho más importante es el hecho de que en Nicaragua no existe un esquema de gobierno abierto. Cada préstamo no se desglosa por origen y destino, por fuente y uso, en qué se utiliza cada dólar. No hay una certeza de que ese dinero se va a utilizar para lo que se está prestando”, advierte el economista.
Crecimiento de deuda implica más pobreza
En tanto, el sociólogo y economista Óscar René Vargas explica que el aumento de la deuda externa, sumado al aumento en el precio de la canasta básica, y el mínimo aumento de 7% en los salarios, “se traducirá en un aumento de la pobreza total, en dependencia del comportamiento del índice de precios al consumidor”.
El informe del BCN muestra que los préstamos internacionales son utilizados en “electricidad, gas y agua (26.3%), comercio (20.4%), industria manufacturera (15.2%), construcción (12.1%), intermediación financiera (11.7%), minería (5.1%), y sector agropecuario (4.8%), entre otras”, lo que para Vargas significa que el gobierno favorece al gran capital por encima de los pequeños productores.
“Esta distribución del dinero recibido significa que los sectores priorizados por el gobierno son la electricidad, gas, comercio, industria manufacturera, construcción, finanzas, minería en manos del gran capital privado sumando el 90.8% del dinero recibido en préstamos. Solamente el 4.8% está dirigido al sector agropecuario que genera más del 80% del valor de las exportaciones y el empleo formal del país”, explica Vargas.
En cuanto al sector agropecuario, el sociólogo y economista explica que “está en manos de medianos, pequeños propietarios y campesinos. Lo que demuestra que la política de endeudamiento del gobierno favorece al capital en manos de los grandes empresarios”.
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Las implicaciones del endeudamiento de Nicaragua y el tener que destinar más partida presupuestaria para pagos de créditos a costa de recortes a la parte social, que incluye a ministerios como Educación y Salud, el otro economista consultado, dijo que aumentará el nivel de empobrecimiento en el país, “porque limita el crecimiento, el desarrollo; menos reducción de pobreza, menos oportunidades educativas de calidad y menor calidad de vida”.
¿Por qué continúan otorgando créditos a Nicaragua?
Pese a que la deuda externa del país supera el PIB, las instituciones financieras internacionales continúan otorgando créditos. Con ello Nicaragua alcanza niveles de endeudamiento por encima del 100%. El economista que pidió anonimato, dice que los niveles manejables de endeudamiento deben mantenerse por debajo del 70% de la capacidad de pago.
“Como hay un análisis de riesgo, aunque esté bien endeudada, consideran que todavía tiene capacidad de pago. Porque la magia del interés compuesto es que las obligaciones financieras a largo plazo son las de mayor rentabilidad para una institución bancaria”, comenta el economista.
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¿Podría Nicaragua quedarse sin acceso a préstamos?
A la consulta de si a causa de la creciente deuda del país y su futura capacidad de pago, los organismos financieros llegaran a cesar los desembolsos, el economista dice que “puede pasar, por el tema del sobreendeudamiento o porque el país está sobregirado para cumplir sus obligaciones crediticias”.
La situación de endeudamiento y sobregiro en los recursos para pago de deudas implicaría la reestructuración de créditos, algo que lejos de ayudar al país, obligaría a permanecer en un círculo vicioso muy complicado de salir.
“Podría llegar un punto en que la presión política cierre gradualmente la llave de acceso a préstamos, lo que volvería más difícil a Nicaragua el optar al crédito internacional”, dice el experto.
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Aunque el país no se encuentra en una situación de ‘default’ financiero, el economista dice que el uso discrecional de los fondos no permite que la ciudadanía pueda saber cómo se están utilizando, “lo que es sensible a la corrupción”.
Los dos economistas concuerdan que el endeudamiento creciente del país tiene su mayor impacto en los grupos más vulnerables, pues en un futuro se van a tener que canalizar más fondos para el pago de la deuda y eso implica menos recursos para obras sociales.
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