Desde 2018 hasta mayo de este 2023 Nicaragua ha recibido 12,227.6 millones de dólares en concepto de remesas monetarias, el 67.02 % de ese gran total proviene de Estados Unidos.
Pese a que el régimen Ortega-Murillo arremete constantemente contra el “imperialismo yanqui”, gracias a la mano de obra de nicaragüenses radicados en Estados Unidos, han ingresado 8,195.6 millones de dólares a Nicaragua en remesas, una cifra que ha sido creciente en los últimos cinco años y 5 meses de este 2023.
Según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN), en 2018 ingresaron de Estados Unidos 825.9 millones de dólares en remesas. Al año siguiente pasaron a 930.3 millones y en el 2020 a 1,111.2 millones.
Al cierre de 2021 el BCN reportó un total de 1,370.4 millones de dólares en remesas provenientes de Estados Unidos, pero para 2022 la cifra estuvo cercana a duplicarse y se situó en 2,469.7 millones. Curiosamente la cifra coincidió con la salida de más de medio millón de migrantes en esos últimos cinco años, siendo entre 2020 y 2022 el período en el que más nicaragüenses salieron del país a causa de la represión del régimen, la mayoría de ellos se dirigieron a Estados Unidos.
En los primeros cinco meses del 2023 llegaron a Nicaragua 1,820.8 millones de dólares en concepto de remesas, 1,488.1 millones correspondían a Estados Unidos. Todo hace indicar que este año se romperá una vez más el récord.
Nicaragua un país “parasitario”
El aporte de las remesas monetarias en la economía nacional es tal que el año pasado (2022) representaron el 22 % del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra de la que alardean los funcionarios estatales y hasta los mismos medios oficialistas; sin embargo, al momento de analizar el dato deja mucho más que una bonanza para las familias receptoras nicaragüenses.
Si bien las remesas contribuyen al bienestar de las familias, varios economistas han explicado que esto no se traduce en un mejor crecimiento económico de Nicaragua, por el contrario lo convierte en un país “parasitario”.
Datos de remesas revelan ineficiencia del régimen
En abril pasado el economista Marco Aurelio Peña explicó a Nicaragua Investiga que ese porcentaje que significaron las remesas para el PIB de 2022 demuestra que el país “por sus propios factores no está contribuyendo en un 22 % al valor agregado generado”, lo cual sería un gran problema en la economía nacional.
Precisamente los sectores productivos han venido reportando números negativos en los últimos años, su crecimiento no ha sido constante como lo hacen creer las autoridades estatales, para ello basta revisar las estadísticas de las exportaciones.
Productos como la carne de bovino, que durante años fue un fuerte rubro de exportación, ha decaído. Su sostenimiento en divisas es gracias a los buenos precios internacionales y no por el volumen exportado. Situaciones similares han experimentado el ganado en pie, el café y muchos otros productos.
Una de las últimas noticias que evidencian este problema es la caída en las exportaciones de zonas francas, uno de los principales motores de la economía nacional y uno de los más grandes generadores de empleo en Nicaragua.
Mientras el dictador Daniel Ortega vocifera contra Estados Unidos y trae a colación a sus supuestos aliados: Rusia, China e Irán y anuncia megaproyectos financiados por ellos, lo cierto es que Estados Unidos es el principal socio comercial de Nicaragua tanto en materia exportadora como importadora, además de ser el mayor emisor de remesas, muy por encima de Costa Rica y España que se ubican entre el segundo y tercer lugar.
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