En Nicaragua se necesitan unas 957,000 viviendas entre nuevas y reparadas. Más del 50% de las viviendas que hay actualmente en el país necesitan de servicios básicos o mejoras de su infraestructura.
“Entre los esfuerzos del sector privado y la inversión pública, se cubre solo un 25 % de la necesidad del país cada año, por lo que el déficit continúa creciendo”, se lee en la página web de Hábitat para la Humanidad.
Recientemente Félix Baltodano, presidente de la Cámara de Urbanizadores de Nicaragua (CADUR), explicaba en una entrevista con un medio de comunicación oficialista, que en Nicaragua se necesitan 20 mil viviendas nuevas o mejoradas cada año.
“En los últimos 10 años hemos construido, el sector privado 30,000 viviendas, sin embargo no logramos llegar al nivel para paliar el déficit interanual, cada año Nicaragua necesita unas 20 mil viviendas nuevas o mejoradas, no logramos llegar a eso dado al crecimiento demográfico y el rezago histórico que existe en Nicaragua desde hace 50 años por diversos situaciones del país y desastres principalmente en Managua”, Félix Baltodano.
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Disminuir el déficit habitacional en un país de 6,6 millones de habitantes, es un reto para el estado y para las urbanizadoras, que año con año se plantean metas de construcción y colocación de viviendas, la mayoría de ellas vía créditos hipotecarios a través de 4 ferias anuales. Este 2022 la meta planteada es la colocación de al menos unas 3,000 viviendas.
Tipos de viviendas en Nicaragua
Hasta 2020 en Nicaragua el 38.4% de la viviendas existentes eran de bloque de cemento o concreto, el 13.3% ladrillo o bloque de barro y un 12.9% de madera, según el Informe de Características de las Viviendas 2019-2020, publicado por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE).
Los techos de las viviendas nicaragüenses son mayoritariamente de zinc (91.4%) y los pisos normalmente son de ladrillo de cemento, cerámica (35.7%); embaldosados (32.2%) y de tierra que aún se mantiene en un 29.9%, una condición que no es muy higiénica, pero que las familias se han tenido que acomodar por la necesidad y porque muchos con sus pocos ingresos no pueden optar por una vivienda de interés social de las que ofrecen las urbanizadoras.
Rosa Montiel lleva dos intentos para aplicar a una vivienda de interés social y no le ha sido posible optar. Su salario no alcanza el techo de los C$10,000 córdobas que piden como requisito las autoridades estatales y las urbanizadoras para aplicar a este tipo de viviendas.
“En una pequeña casa improvisada acá en Managua vivimos 6 personas, mis dos hijos, una sobrina, mi hermano, mi papá y yo. El terreno donde vivimos es el patio de la pequeña casa de mi otro hermano. Él nos dio lugar en donde vivir luego que tuvimos que entregar la casa donde estábamos viviendo antes. Es duro no poder tener una propia casa, ni poder optar a una a través de un crédito”, cuenta Rosa.
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La esperanza de Montiel era poder mancomunar el salario de ella de C$9,600 con el de su hijo, que hace unas semanas trabajaba como vigilante de seguridad en una etapa del proyecto urbanístico Bismarck Martínez del gobierno. Los sueños de Rosa y su familia se vinieron abajo después de eso. La única esperanza que le queda es esperar un aumento salarial en su trabajo que le permita alcanzar los C$10 mil y poder aplicar a la vivienda, pero eso aún está por verse.
“Es triste no poder tener casa propia. Me vine de Rivas por falta de trabajo hace más de 10 años, ya voy a tener 50 años de edad y es la fecha y no se me ha sido posible tener mi casa. Yo quiero tener mi propio espacio, pero sobre todo dejarles un patrimonio a mis hijos”, nos continúa contando Rosa.
Salario mínimo no alcanza para aplicar a una vivienda de interés social
Las viviendas de interés social surgieron para apoyar a todas aquellas personas que no podían optar a una vivienda con un precio mayor a los de $40,000 dólares, por ello se pensó en construir viviendas en promedio de $20,000.
Lo que siempre queda claro es que no es una medida suficiente en un país donde el salario mínimo más bajo ronda apenas los C$5,000 córdobas y que muchas veces solo una persona es la que trabaja, éstas no tiene la posibilidad de aplicar a una vivienda ni de interés social.
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“Las viviendas de interés social están exentas de IVA en construcción y desarrollo, exentas en pago de permiso de construcción y algunos pagos a las alcaldías. El usuario tiene subsidio a la tasa de interés, en los bancos les queda de un 8.5-9, 7.15, 6.5 o 5.5, dependiendo el valor de la casa; subsidio de la prima con bono de $2000 en la casa de 18 mil a 30 mil. De 18 mil hacia abajo, el bono es de $3,500 dólares. Exoneraciones en pagos de inscripción de escrituras y catastro. Todo nicaragüense puede aplicar siempre que cumpla las condiciones de la ley”, expuso el presidente de CADUR durante la entrevista.
Si bien los costos de una vivienda en Nicaragua han mantenido los mismos precios durante los últimos dos años a pesar de los aumentos en el precio de los materiales de construcción, para la mayoría de nicaragüenses con déficit habitacional, todas las medidas tomadas por el gobierno y las urbanizadoras aún no son suficientes.
Habría que buscar en el corto y mediano plazo otras opciones para quienes no alcanzan el techo establecido actualmente, pero además el estado debe echar una mirada más allá y generar más oportunidades de empleo en los distintos departamentos del país para evitar que más nicas, por necesidad, tengan que radicarse en la ya tan poblada capital.
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