El dictador Anastasio Somoza Debayle pensó en algún momento en expulsar a los jesuitas de Nicaragua, ya que consideraba que predicaban el comunismo entre la juventud nicaragüense, especialmente los de clase social alta, según escribió en su libro Nicaragua Traicionada.
“Estos curas buscaban a los jóvenes de las mejores familias para indoctrinarlos para la causa de izquierda. Sus esfuerzos nunca cesaron”, escribió Somoza desde el exilio en Paraguay, antes de ser asesinado por órdenes de los sandinistas en septiembre de 1980.
Somoza Debayle explicó que no los expulsó porque no quiso tomar decisiones drásticas en contra de las libertades.
“Si yo hubiera sido de verdad la clase de dictador que mis enemigos políticos y la prensa internacional dicen que yo era, yo podía haber eliminado el cáncer completamente. Esto hubiera requerido una acción drástica de mi parte, así como la restricción de las libertades que siempre quise que el pueblo de Nicaragua gozara. Hubiera significado la expulsión de los curas jesuitas que predicaban el comunismo”, explicó el asesinado dictador.
Los jesuitas están en Nicaragua, de forma permanente, desde 1916 y han fundado varias escuelas, entre ellas el colegio Centroamérica, el Instituto Loyola y la recién confiscada por el orteguismo Universidad Centroamericana (UCA). Antes, en 1881, fueron expulsados de Nicaragua por el presidente conservador Joaquín Zavala, acusados de apoyar en una protesta a los indígenas de Matagalpa.
En la actualidad, corren el riesgo de ser expulsados por el actual dictador Daniel Ortega, quien los acusa de terrorismo, aunque en realidad es porque apoyaron las protestas cívicas de 2018, las que fueron reprimidas mortalmente por la dictadura de Ortega. Por el momento, además de confiscarles la UCA, Ortega ya le quitó la personería jurídica a su orden, la Compañía de Jesús.
“Creen que Jesucristo era comunista”
Según Somoza Debayle, los jesuitas tienen dos filosofías religiosas diferentes, la primera de que los curas deben ser apolíticos, pero, la otra, afirma que el clero tiene la responsabilidad de participar directamente en la política secular.
“Ellos (jesuitas) creen que Jesucristo era comunista y que únicamente tendremos paz en el mundo cuando todo el mundo sea comunista. Ellos enseñan que el capitalismo es malo y que se debe de huir de las cosas materiales”, expresó Somoza Debayle en su libro.
Lo peligroso, según el fallecido dictador, era que la filosofía religiosa de los jesuitas producía una gran impresión en las mentes en formación de los jóvenes.
“Por eso, los hijos de las familias más prominentes de Nicaragua se han rebelado contra sus padres. Para llamarlo con una frase creada durante la guerra de Corea, se les ha lavado el cerebro”, dijo Somoza Debayle, quien mencionó especialmente a los jóvenes Carrión Cruz y Lang Sacasa.
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