Las monjas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo, expulsadas por la dictadura de Nicaragua, llegaron a El Salvador donde continuarán su misión, confirmó la organización religiosa.
«Queremos expresar nuestro agradecimiento por los siete años de misión en tierras de Nicaragua, agradecemos la acogida de la Iglesia y del pueblo durante este tiempo que nuestro carisma permaneció en el país al servicio de los pobres en sus múltiples rostros», manifestó el Instituto de los Pobres de Jesucristo a través de la red social Facebook.
«Con esto queremos agradecer a todas las consagradas, laicas, jóvenes, benefactoras y amigas que con nosotras construyeron la misión e hicieron posible llevar a Cristo a los pobres.Con estos sentimientos les informamos que nuestras hermanas fueron enviadas a misión a El Salvador. ¡Dios los bendiga a todos!», agregaron las religiosas.
Las Hermanas Pobres de Jesucristo, con sede en León, fueron forzadas a salir de Nicaragua, luego que las autoridades se negaran a renovarles sus visas de residencia en medio de la persecución religiosa del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
A pesar que ellas tenían previsto dejar el país próximamente, la Policía irrumpió en su vivienda la medianoche del sábado 1 de julio, para llevarlas con «rumbo desconocido», denunció la investigadora Martha Patricia Molina. Este lunes, las católicas arribaron a tierras salvadoreñas.
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La Fraternidad Pobres de Jesucristo, fundada por el sacerdote brasileño Gilson Sobreiro, es reconocida por su dedicación a ayudar a los más necesitados. Con presencia en 14 países, incluyendo Nicaragua, las hermanas han brindado apoyo a través de alimentos, vestimenta y oraciones.
Ortega y Murillo también han expulsado este año a la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Anunciata y las Hermanas Trapenses, cuyo monasterio fue confiscado. En julio de 2022, fueron echadas de Nicaragua las monjas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta.
Las católicas atendían a los más necesitados, entre ellos niñas abusadas y ancianos, que quedaron en la desprotección por la arremetida de la pareja dictatorial.
Desde la crisis de 2018 a la fecha, la dictadura ha obligado al exilio a unos 84 religiosos, incluidos sacerdotes.
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